Los campaneros zamoranos, más animados por la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

España conseguía ayer en Rabat el máximo reconocimiento internacional para el ancestral sistema de comunicación religioso y civil

Antonio Ballesteros, presidente de la Asociación de Campaneros de Zamora, toca las campanas en una iglesia de la provincia. | José Luis Fernández

Antonio Ballesteros, presidente de la Asociación de Campaneros de Zamora, toca las campanas en una iglesia de la provincia. | José Luis Fernández / Alejandro Bermúdez

El toque manual de campanas español ya es Patrimonio Cultural Inmaterial e la Humanidad. Ayer lo decidía así el comité de la Unesco en una reunión celebrada en la ciudad marroquí de Rabat.

El presidente de los campaneros zamoranos, Antonio Ballesteros, cree que este reconocimiento da “más ánimos” a la asociación para seguir conservando y difundiendo este saber, pero también “facilitará la llegada de más ayudas institucionales” para ellos y el resto de asociaciones de campaneros que existen en España.

La candidatura ante la Unesco se venía cociendo desde 2017 a iniciativa de los campaneros de Albaida, un pueblo de Valencia, y de la asociación Hispania Nostra, que lanzaron la idea en 2017 y comenzaron a recabar el apoyo de otras asociaciones de campaneros.

El 21 de abril de 2018 campanarios de toda España sonaron a las 12 del mediodía para pedir esta declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, entre ellos los de multitud de iglesias de toda la provincia de Zamora. Los campaneros zamoranos se volcaron en esta jornada e incluso volvieron a llenar de vida el campanario de la iglesia de Otero de Sariegos, el último pueblo de Zamora que ha quedado despoblado, junto a las Lagunas de Villafáfila.

Campaneros en el despoblado de Otero de Sariegos.

Campaneros en el despoblado de Otero de Sariegos. / José Luis Fernández

Y es que la cultura de los campaneros está íntimamente ligada al medio rural, por eso con la despoblación corre peligro de desaparecer. Eso es lo que quiere evitar –y lo está consiguiendo– la Asociación de Campaneros de Zamora, que aglutina a 150 miembros de distintas localidades de la provincia, entre ellos medio centenar de niños que están aprendiendo los distintos toques en la Escuela de Campaneros de Zamora que promueve la asociación para transmitir este patrimonio etnográfico a las nuevas generaciones.

Niños aprenden en la Escuela de Campanaeros de Zamora. | J. L. Fernández

Niños aprenden en la Escuela de Campanaeros de Zamora. | J. L. Fernández / Alejandro Bermúdez

Desde que comenzara su actividad, esta asociación ha ido ganando reconocimiento público en la provincia de Zamora y en los últimos años han tenido que manejar una agenda muy ajetreada, ya que muchos pueblos requieren su participación en las fiestas para que hagan una exhibición de toques manuales, normalmente antes de la misa en honor al patrón.

Como sucede con todo el patrimonio cultural, existen variedades regionales en el modo de tocar las campanas, cada zona tiene su estilo particular. En Valencia, por ejemplo, se lleva el volteo, mientras que en Zamora se solía practicar el toque manual.

En la actualidad perviven en España más de 30 modos diferentes de toque manual de campanas, un lenguaje sonoro que se ha mantenido a lo largo de los siglos como un medio de comunicación comunitario. Con un amplio repertorio de formas y técnicas, tanto en el ámbito religioso como en el civil, los toques de campana han regulado multitud de aspectos de la vida festiva, ritual, laboral y cotidiana en todo el territorio español.

Del Angelus al tentenube

Además de toques de campana para llamar a misa, al Angelus, o de anunciar un fallecimiento, existe el repertorio de toques civiles, entre ellos el toque “a becera”, para llamar a sacar el ganado, “a fuego”, para avisar a los vecinos de un incendio y que colaboren en apagarlo, o el “tentenube”, que trata de abrir un claro en el cielo nublado para evitar que una cosecha destroce los cultivos.

El Ministerio de Cultura explicaba ayer que la protección de este lenguaje por la Unesco supone poner en valor y asegurar la continuidad de esta tradición común, compartida entre los diversos pueblos de España. Además, contribuye a proteger unos sistemas de comunicación, casi siempre únicos, al borde de la extinción por la falta de campaneros, figura fundamental para salvaguardar esta práctica ancestral.

La candidatura ante la Unesco se concretaba el pasado 14 de noviembre en una reunión celebrada en el Museo Lázaro Galdiano, en Madrid, a la que también acudió una representación de los campaneros zamoranos.

Este sábado, 3 de diciembre, será la gran fiesta de los campaneros, que a las 12 del mediodía harán sonar las campanas en miles de puntos de toda España para celebrar la reciente declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Sonarán en varios pueblos de la provincia de Zamora, y también en la ciudad. El campanario portátil de la Asociación de Campaneros de Zamora estará en la plaza de la Catedral.

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