Al grano

Bamba se levanta contra la modorra

La cultura debe ser el camino y la droga en la Zamora estival

Pancarta de Bamba Cultural

Pancarta de Bamba Cultural / Cedida

Celedonio Pérez

Celedonio Pérez

La cultura crea emociones donde no había nada. Vale, bien. La cultura es selectiva porque tiene un precio y no todo el mundo puede pagarlo. Vale, es cierto, al menos en parte. La cultura puede estar al alcance de cualquiera, emocionar y servir para crear riqueza, convertirse en motor de desarrollo de la colectividad, despertar inquietudes, unir, refrigerar mentes calenturientas, hacer pueblo, señalar en el mapa. Sí, es verdad, todo eso. Y se llama Bamba Cultural.

Ya ha escrito en este periódico hace nada Luis Ramos (su artículo está muy cerca de este en la sección de Opinión, búsquenlo que merece la pena) sobre la trascendencia del programa Bamba Cultural 2023, que se extiende durante varias semanas de este mes de agosto en un pueblo, anejo de Madridanos, que no llega a la veintena de habitantes.

El poeta zamorano de lo sustantivo (ha parido hace nada el monumental y descarnado poemario "La serena estrategia de la luz"), filósofo, escritor y no se cuentas cosas más, habla, como no podía ser menos con vehemencia (él es uno de los mentores de este milagro), de un programa excepcional, local y universal, completo y atractivo para degustadores de lo obvio y también de gourmets.

No quiero ahondar en el detalle del programa que está al alcance de usted, lector de sueños, con solo acercarse al pueblo dormitorio de la patrona de Tierra del Vino, donde el Aribayos, esconde, entre espadañas domeñadas y puntiagudas, la herencia de aquellos que vivieron en la Arbucela que se enfrentó, 220 años antes de Cristo, a un ejército impresionante y apocalíptico, comandado por el cartaginés Aníbal, no.

Quiero elevar a los altares el ejemplo de Bamba y sus mentores culturales. Con poco se puede hacer mucho y concitar la atención de quienes todavía palpitan con ese aleteo inconsistente de algo tan etéreo como la emoción colectiva. Y quiero con el ejemplo de Bamba fustigar a los muchos municipios zamoranos que se conforman con programas culturales raídos y aceitosos.

La cultura tiene que ser un camino para esta Zamora nuestra que navega a la deriva entre un mar escuálido de cereales resecos. De siempre hemos adorado en esta tierra a soldados, curas y poetas. Quedémonos con los últimos y con todo aquello que nos hace soñar. Como nadie nos va a venir a salvar, durmamos mecidos por aquellos que nos hacen pensar. Y por los que nos emocionan con su talento. ¡Viva Bamba Cultural 2023! Puro ejemplo.

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