Marta Lozano preocupa a sus seguidores con la última prueba del embarazo: "Algunas vomitaron"

La influencer espera a su primer hijo y no para de descubrir cosas en esta etapa

Marta Lozano da la última hora de su embarazo: La prueba que más miedo le da

EP

P. O.

Viviendo uno de los momentos más especiales de su matrimonio, Lorenzo Remohi y Marta Lozano pregonaban hace unos meses que estaban esperando su primer hijo. Días más tarde, confirmaban que se trataba de un niño y que el nombre que han elegido es Lorenzo, como su padre.

Sin duda, la pareja de influencer no puede contener la alegría que sienten ante su primera paternidad... pero lo cierto es que estos primeros meses de embarazo no están siendo fáciles, aunque ahora Marta se enfrenta a una nueva prueba en su embarazo.

la influencer, que está esperando a su primer hijo, está descubriendo cada día cosas nuevas de esta etapa. Así, este miércoles la valenciana ha tenido una de las pruebas que más respeto le daban: la de la glucosa.

Después de esta prueba, Marta ha querido desmentir el mito de que es una prueba horrible, confesando que venía con mucho miedo a este análisis, ya que conoce a algunas madres que vomitaron durante la prueba.

Además, ha querido compartir su experiencia para tranquilizar a las futuras madres, a quienes les ha recomendado ir sin miedo a este análisis.

El mundo 'influencer'

Varias influencers están dejando constancia en Instagram de lo mucho que les ha mejorado la densidad del cabello con un complemento nutricional bebible. Mencionan el nombre del producto, ofrecen un código de descuento para que hagas el primer pedido pero, en ningún momento, te indican que se trate publicidad.

En esa misma red social, puedes encontrarte que en la misma semana tienes varias recomendaciones de creadores de contenido a las que les encanta el mismo hotel o restaurante, y conoces el minuto a minuto de la subida de fiebre de su hija de un año o quién se porta peor de los tres retoños que tiene otra.

En una clase de un mismo instituto suele haber varios grupos de personas diversas pero que, por edad y por su condición de estudiantes, terminan por mantener prácticas bastantes similares entre sí. Pues el mundo influencer pasa algo parecido: por muy distintos que sean los perfiles, tienen en común esa necesidad de crear una marca personal que logre seguidores para conseguir transacciones publicitarias. La forma de vendernos esa marca y esa publicidad, a tenor de la gente que analiza sus cuentas de Instagram, es sospechosamente similiar y no necesariamente ética. Los seguidores han sido testigos de prácticas bastante cuestionales, como la promoción de leggins adelgazantes sin evidencia científica alguna, o de gominolas para el cabello que prometen convertirte en Rapunzel sin pasar antes por un dermatólogo.