El Camino de Santiago de Zamora recupera el nivel de peregrinos anterior a la pandemia

La capital y Granja de Moreruela cada vez suman más adeptos como inicio de la ruta jacobea, en detrimento de Salamanca y Mérida

Un grupo de voluntarios mantiene la señalización del Camino de Santiago por Zamora.

Un grupo de voluntarios mantiene la señalización del Camino de Santiago por Zamora. / Cedida

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

El año 2023 ha supuesto una recuperación de los peregrinos perdidos en la pandemia, algo que no había ocurrido aún en los años precedentes. Es uno de los datos más significativos del balance facilitado por la Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago cuyo presidente, José Almeida, apunta otro dato significativo y es el papel cada vez más pujante de Zamora y Granja de Moreruela como puntos de partida para los peregrinos, en detrimento de Salamanca y Mérida.

"Cuando hace ya casi cuatro años el mundo se detuvo como consecuencia del Covid-19, también el Camino se vio inmerso en una paralización que, a lo largo de su historia de casi 1200 años, nunca había conocido", explica Almeida.

El tránsito de peregrinos se cortó radicalmente en 2020. En el año 2022, "parecía que todo volvía al estado prepandemia" cuando, además, "por intereses se había prolongado el Año Santo de forma excepcional", ya que después de 11 años Jacobeo tocaba en 2021 tras el anterior de 2010. Sin embargo, constata Almeida, "la afluencia de peregrinos, comparándola con el año anterior a la pandemia, resultó como era de esperar: un año aciago para la peregrinación, ya que el descenso de peregrinos fue generalizado en todos los caminos".

Ola de calor

Además, en los que discurren por Zamora se dieron los agravantes de la ola de calor "lo que provocó que muchos peregrinos dieran por finalizado su camino ante las altas temperaturas que estaban soportando" y "los graves incendios que sufrimos en la provincia, que motivó que muchos de ellos desistieran caminar por rutas que habían perdido todo su encanto natural".

Ese descenso de un 18% en el número de peregrinos que hubo en el año 2022 respecto a los datos de 2019 hacían que las esperanzas se pusieran en 2023 que, efectivamente, constató la vuelta a los niveles prepandemia. No hay sin embargo, estadísticas fiables exactas pero según las estimaciones de la Asociación cada año son en torno a 4.500 los peregrinos que surcan los caminos de Santiago de Zamora.

El 72,32% de los peregrinos son hombres, por un 27,58% de mujeres. El 88,70% de los peregrinos lo hace a pie y el 11,19% en bicicleta. Es también significativa la tendencia al alza de peregrinos de avanzada edad, ya que el 50,51% son mayores de 60 años.

En cuanto a la procedencia, el 33,73% son españoles, y es Andalucía la que mayor número aporta, con un 6,84% y, en segundo lugar, Castilla y León, con un 3,73%. "Este dato sorprende, por cuanto no es muy habitual que peregrinos recorran caminos de su propia comunidad".

Sobre los extranjeros, representan el 66,27% del total, con Alemania, con un 11,86%, como país que mayor número de peregrinos aporta, seguida de Francia, con un 11,07%, e Italia, con un 10,96%.

En 2023 han recorrido la Vía de la Plata y el Camino Sanabrés peregrinos de 55 países, como Vietnam, Ucrania, Malasia, Bielorrusia, China o Perú. Son peregrinos de largo recorrido, ya que el 46,44% comenzaron en Sevilla, siguiéndole en segundo lugar Zamora, con un 12,77%, y Granja de Moreruela se posiciona en tercer lugar con un 10,95%.

Deficiencias

Los buenos datos, indica la Asociación, no debe ocultar los males endémicos de caminos como el de la Vía de la Plata o el Sanabrés, los más concurridos "porque de tener una afluencia de más del 5% con respecto al total de peregrinos que llegaban a Santiago, en los últimos 20 años hemos descendido a poco más de un 2%, pasando del tercer lugar en preferencia a la hora de elegir una de las rutas jacobeas, al séptimo que ocupamos en la actualidad".

Mala planificación, colocación de señales y bancos donde menos se necesitan, cortes de la ruta por obras, encima sin señalizar y una gestión del albergue de Zamora que no se confía a los zamoranos son algunas de las deficiencias observadas y que habría que corregir y mejorar.

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