La entrada de miel adulterada frena el desarrollo de la apicultura de Zamora

Las consecuencias de los incendios han afectado al sector, que lucha por sobrevivir en un mercado copado por productos fraudulentos

Uno de los expositores en la pasada edición de la feria Meliza.

Uno de los expositores en la pasada edición de la feria Meliza. / Ana Burrieza (Archivo)

Tras dos años en los que la situación se ha complicado en gran medida para la apicultura zamorana, que engloba a unos 650 profesionales con un total de 43.000 colmenas, el sector pone el foco en la Feria Apícola Internacional de Zamora, Meliza. Un evento que reunirá a las empresas locales dedicadas a la producción de miel del 16 al 18 de febrero en Ifeza.

«Venimos de unos años complicados para el sector, hay que partir de este hecho, la situación es compleja, como en el campo en general, pero la apicultura tiene ahora que lidiar con la gran entrada de productos que la Comisión Europea ya ha dicho, en un estudio reciente, que en torno al 43% de la miel podría estar adulterada», destaca el secretario técnico de la Unión Profesional de Apicultores de Zamora «Apis Durii», Francisco Alonso.

Este es uno de los problemas a los que se enfrenta el sector ya que, tal y como señala Alonso, esta gran entrada de producto se comercializa «a precios bajísimos», por ejemplo, «un kilo de ese producto que suele venir de siropes de diversos cereales, que nada tiene que ver con la miel, ronda los 80 céntimos en Europa», detalla. La paradoja es que España, que es uno de los grandes productores, también es uno de los grandes compradores de miel, «gran parte de nuestro producto bueno lo tenemos que enviar fuera y aquí compramos lo más barato que viene», señala.

Escaso mercado

Esta situación ha provocado que en estos últimos dos años no haya habido mercado porque las grandes industrias españolas que consumen miel no han comprado producto a los apicultores. «En lugar de abrirse el mercado en el mes de noviembre, que es cuando se termina la campaña y cuando habitualmente se compra la miel a un precio más alto o mas bajo, directamente no hubo mercado. Se abrió una pequeña ventana donde la mayoría de la gente pudo vender la miel que tenía en torno al mes de abril a precios ridículos de 3 euros y poco», explica Alonso.

Las expectativas tampoco son buenas para este 2024. «Este año la pinta de la situación es muy similar ya que ahora tampoco se están haciendo operaciones económicas en cuanto a las mieles locales», detalla.

Menos emprendedores

El contexto actual tampoco ayuda a mejorar el devenir de la apicultura que ha visto mermar sus activos. «La incorporación de nuevos apicultores en estos últimos años se ha frenado», alerta el secretario de Apis Durii. Es cierto, que todos los años se integran apicultores profesionales, de media, entran entre 8 y 10 personas anualmente en la provincia de Zamora. Una cifra que se queda pequeña al compararla con años atrás en los que se incorporaban entre 30 y 35 profesionales.

Consecuencias de los incendios

Al contexto económico se suma en la provincia las consecuencias de los incendios acaecidos en la Sierra de la Culebra en 2022. «Entre unos y otros hemos conseguido paliar un poco la situación para los apicultores que más los sufrieron. Gracias al apoyo directo de la Junta, los propios seguros que tenían contratados la mayoría y ese ultimo empujón que se dio con la ayuda de Caja Rural y de otras empresas para regalar a cada profesional que había perdido una colmena, otra, ha ayudado», aclara Alonso.

Sin embargo, los efectos también se han notado tiempo después para los apicultores a los que no se les quemaron abejas. «Pensamos que esas colmenas iban a sobrevivir, les paso el fuego por debajo a algunas, pero estaban vivas y cuando llegó el mes de enero nos encontramos que muchas de esas colonias habían fallecido, la colmena estaba intacta pero el fuego al final si les afectó», relata apenado el responsable de la asociación. Este hecho provocó una nueva baja importante del censo, en torno al 20% de las colmenas que sobrevivieron a la catástrofe.

No obstante, Alonso se muestra positivo con la recuperación. «Creo que en torno a este año y el año que viene, la situación volverá, entre comillas, a la normalidad, la recuperación de la sierra va muy bien, las plantas de brezo tienen una altura ya considerable, a lo mejor si no es este año, el año que viene, empezarán a dar flor por lo que esperamos que puedan volver las colmenas al interior de la zona quemada», opina.

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