Se desprenden sillares del Puente de Piedra al retirar parte de la barandilla

Las piezas se han recuperado y numerado volver a colocarlas en la pared, afectada por empuje del murete de hormigón próximo, el viento y las lluvias de estos días

Varios sillares del Puente de Piedra se han venido abajo al retirar un tamo de la barandilla del penúltimo ojo del viaducto, que delimita con la margen izquierda del río Duero, al inicio de la avenida del Nazareno de San Frontis.

Los desprendimientos están relacionados con el empuje del murete próximo recubierto de cemento y levantado con "ladrillo y argamasa precaria" que sobresale unos centímetros más allá del viaducto por delante de la estructura de hierro sobre la que se sujetaba fundamentalmente, según ha explicado a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA el arquitecto que dirige la rehabilitación del puente románico, Francisco Somoza.

El Ayuntamiento de Zamora ha acordonado ya las zonas de paseo que sobrevuelan la plataforma para impedir que imprevistos como este puedan causar daños, "creemos que se trata de un hecho puntual, aunque también es una buena advertencia para prevenir posibles situaciones de riesgo", ha abundado el arquitecto zamorano.

Sillares numerados para volver a colocarlos

Los sillares se han numerado para conservarlos en la antigua construcción, recolocarlos en su sitio "pero esta vez consolidadas como se debe porque ahora están sujetas por tierra vegetal". Esos trabajos se llevarán a cabo cuando se reforme todo el tamo del destacado monumento de Zamora, una vez se liberen por completo del cercado de hierro los laterales del mismo.

"Este derrumbe demuestra lo insegura que era ya la barandilla de hierro que ahora se sustituirá por un muro igual al que había en la construcción primitiva para dar mayor protección a los viandantes", ha apuntado el arquitecto zamorano.

[object Object]

La caída se explica por el empuje del muro de ladrillo y hormigón pobre ligeramente armado que sobrevuela las paredes del puente y "al retirar la barandilla, que prácticamente lo sujetaba, se ha volteado esa construcción y ha tirado de una parte de los sillares que se han venido abajo", ha detallado el director de la reforma del Puente de Piedra.

Además de la precaridad del mortero utilizado en su día para unir los sillares, probablemente cuando se ampliaron las aceras del Puente y se retiraron las dos torres a principios del siglo XX, "los vientos de más de 70 kilómetros por hora que han azotado a la capital y las intensas lluvias han tenido su efecto sobre los sillares desprendidos", concluye Somoza.

Suscríbete para seguir leyendo