Oleada de robos de canalones en Zamora: el cobre, bien codiciado

La Policía Nacional investiga varias denuncias y reúne pruebas para dar con los cacos, que podrían ser delincuentes habituales de Zamora

Uno de los canalones de cobre cortados por los ladrones para robar el metal. | Cedida

Uno de los canalones de cobre cortados por los ladrones para robar el metal. | Cedida / Susana Arizaga

El robo de canalones de cobre parece estar de moda en la capital. La madrugada de ayer fueron dos viviendas del tranquilo barrio de Olivares las que se quedaron sin más de la mitad de la bajante de ese metal en el que los ladrones están centrados, de fácil salida en el mercado negro y que les puede reporta unos beneficios de entre 6 y 7 euros por kilo.

El silencio de la calle del Cabildo se rompió hacia las 3.00 horas de este 21 de octubre: un vecino se despertó con los ruidos que provenían de la calle, en concreto de su propia fachada.

Horas después comprobó que buena parte del canalón de su casa había desaparecido, alguien había cortado casi dos metros de esa tubería. La misma sorpresa se llevaron los vecinos de la casa contigua, e idéntico cabreo, los cacos habían cortado tres metros largos de la conducción. En total, cinco metros de cobre que los ladrones se han llevado sin que nadie pudiera verles, explica una de las personas afectadas.

Estos dos robos se suman a otros tantos que se han cometido en la Biblioteca Pública de Zamora, el último el 17 de octubre y el primero tan solo una semana antes, según ha podido saber este diario.

Denuncias en Comisaría

La Comisaría de Zamora recogía ayer las denuncias de los perjudicados, que solo vieron el rastro de las birutas del cobre tras haber sido seccionadas, «no sabemos si usaron una radial o una sierra», explicaba una de las dueñas perjudicada por el robo.

La Policía Nacional reúne pruebas para tratar de identificar y localizar a los ladrones, que podrían ser delincuentes locales, fichados ya en la Comisaría, dado el volumen del material que sustraen, y no una banda organizada que se desplaza desde otros puntos del territorio nacional para perpetrar los robos.

Al parecer, estos cacos han utilizado herramienta que permite realizar un corte limpio. Actuaron desde una altura considerable, a más de tres metros del suelo, distancia a la que se encuentran los restos de los canelones cortados.

El horario que eligen para llevar a cabo sus fechorías les permite «trabajar» con tranquilidad y salir rápidamente de la zona sin que los vecinos escuchen demasiado alboroto. Esas dos denuncias se suman a las que ya habían realizado los responsables de la Biblioteca Pública de Zamora y a otras en las que se los ladrones no se han conformado solo con el cobre, se han llevado también los embellecedores de hierro forjado que recubre aproximadamente un metro y sesenta de la tubería más próxima al suelo, con el fin de evitar daños si se produce un accidente de tráfico con una colisión en esa zona o si se le da algún golpe.

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