Despistados, turistas y parados en el primer día de obras del Puente de Piedra de Zamora

Turistas, gente con prisa, obreros en busca de trabajo y algún despistado fueron ayer miércoles los últimos en cruzar el Puente de Piedra, o al menos intentarlo, mientras se instalaban las vallas metálicas que ya impiden el paso por el viaducto románico durante ocho meses. A primera hora de la mañana la empresa Rearasa, encargada de ejecutar las obras de remodelación contratadas por el Ayuntamiento de Zamora, envió una cuadrilla de operarios para cerrar el puente al paso de peatones y ciclistas.

Lo primero que hicieron fue cerrarlo con una simple cinta de obra por el lado del barrio de La Horta mientras en la salida de la margen izquierda se comenzaban a montar las vallas de cerramiento.

Ya hay fecha para el cierre del Puente de Piedra de Zamora por las obras de reforma

Las obras en el Puente de Piedra de Zamora, más cerca

A media mañana, a punto de concluir la instalación del vallado de acceso desde la margen izquierda, todavía había algunos viandantes se aventuraban a intentar pasar por el puente, con disculpas varias, desde que no se habían enterado del cierre, hasta alegar que tenían que ir al cementerio o que no iban a dar media vuelta cuando tenían su destino en Cabañales a unos pocos metros. A última hora de la mañana concluía el cierre desde el otro acceso, donde se colocó una puerta de chapa y vallas a los laterales que permiten observar el avance de los trabajos a jubilados y todo aquel que quiera hacer un exhaustivo seguimiento de la actuación.

Por el momento, el inicio de las obras ha llevado a vecinos de la zona y grupos municipales como el PP o Zamora Sí a reclamar un servicio de refuerzo de los autobuses urbanos que comunican los barrios de Cabañales y el Sepulcro.

Coste y financiación

Las obras del Puente de Piedra, financiadas íntegramente con fondos municipales al fracasar los intentos de conseguir financiación estatal a través de los fondos del 1% cultural, tienen un coste de 1,3 millones de euros. Si se cumplen los plazos, la actuación habrá concluido a mediados de junio, justo antes de las ferias y fiestas de San Pedro. El cambio más importante que sufrirá el viaducto es el de la sustitución de las barandillas por un pretil hecho con piedra de arenisca que imita al que tuvo hasta la reforma acometida a principios del siglo XX.

Opiniones

El proyecto del arquitecto Francisco Somoza precisa que el pretil tendrá 1,1 metros de alto por 40 centímetros de grosor, lo que restará algo de visibilidad en la panorámica que se ve al cruzar el puente, que a cambio ganará en estética acorde con la época de construcción del viaducto, que data de entre los siglos XII y XIII. El drenaje se hará mediante catorce sumideros y desagües horizontales de piedra de arenisca y con forma de gárgola.

La iluminación se mejorará y adaptará al uso peatonal que tiene el viaducto, para lo cual las luces quedarán integradas en el nuevo murete de piedra. También se va a demoler el pavimento actual para sustituirlo por losas de granito y adoquines de cuarcita que tendrán unas tonalidades diferentes donde hasta la última gran reforma estuvieron las torres del portazgo, derribadas en la anterior gran reforma, entre 1905 y 1907, para hacer más accesible el puente al paso de carruajes.

Suscríbete para seguir leyendo