Piden seis años de prisión al administrador concursal del Hotel Rey Don Sancho de Zamora

La acusación considera que actuó "como el Calabria" y la defensa que es una trampa por hacer bien su trabajo

Juicio contra el administrador concursal del Sancho y su hijo, como representante del despacho, acusado como persona jurídica

Juicio contra el administrador concursal del Sancho y su hijo, como representante del despacho, acusado como persona jurídica / EMILIO FRAILE

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

El administrador concursal del Hotel Rey Don Sancho, J.R.M.P. se enfrenta a penas que van desde los seis años de cárcel que pide la acusación particular a los cinco del Ministerio Fiscal por los delitos de extorsión, administración desleal y estafa procesal, además de solicitar diez años de cese de actividad para su empresa.

Los hechos se remontan al año 2014, cuando la empresa Hotel Rey Don Sancho entra en concurso de acreedores y el juzgado nombra un administrador judicial. Según el relato de los hechos del que fuera director, F.C. en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial, el administrador poco a poco le fue extorsionando realizándole peticiones en su beneficio propio que le eran concedidas para evitar "el cierre del negocio de que dependían 40 familias".

El administrador concursal, explico el entonces director, le empezó pidiendo algunos favores, como ir a cenar con los amigos menús que incluían lubina y Peña Santa, por 15 euros, cuando bien a gusto podían costar normalmente en torno a los 50 euros. Peticiones de este tipo se iban sucediendo y el director accedía a ellas. Entre estas figura una factura de 9.801 euros por la realización de unos supuestos trabajos por parte de la empresa del propio administrador, que dirige su hijo.

Para cobrar esta factura y con la firma del propio administrador, se giró a una empresa propiedad de un familiar del director, para que esta a su vez ingresara el dinero en el despacho del administrador. A esas alturas, el diciembre de 2015, el director del hotel empezó a grabar las conversaciones telefónicas que mantenía con el administrador con el fin de que quedara reflejada la extorsión, "prácticas más propias de Calabria", en palabras de su abogado.

De esos 9.801 euros el despacho de administrador llegó a recibir por cheque un ingreso de 2.843,50 euros de la empresa a la que curiosamente el Sancho le acababa de transferir exactamente esa misma cantidad supuestamente por unos trabajos que nunca se realizaron. Tiempo después fue el propio director el que sacó dinero de su propia cuenta personal y entregó en mano tres mil euros en el despacho del administrador a cuenta de los 8.801 euros.

Monitorio

Pero como pasaba el tiempo y el resto de la deuda no se abonó el administrador concursal presentó un monitorio para intentar cobrar el resto. Es cuando saltó la denuncia del director por extorsión contra el administrador. El director asegura que su intención es que el administrador amenazaba con cerrar el hotel y por eso tuvo que acceder a sus exigencias, pero cuando intuyó que no cesarían nunca es cuando se decidió a grabar las conversaciones con el fin de tener pruebas con las que defenderse de las amenazas.

La versión del administrador difiere sustancialmente de la del director. Explica que cuando se hizo cargo de la administración concursal apreció importantes desfases contables tanto del Sancho como de otras empresas del grupo, como la que tenía la propiedad del edificio del hotel, que curiosamente compartían el mismo dueño. Fue esta la razón por la cual su despacho, y no él como administrador, se encargó del trabajo de poner a punto las cuentas de tres años para regularizarlas y presentaras en Hacienda y el Registro Mercantil.

Niega que nunca haya tenido problemas con el director ni el que seguía siendo administrador del hotel, M.R.S., que cuando se convocó el concurso se apartó de la gestión porque creía que el negocio no tenía solución, al contrario que el director, F.C., empeñado en salvar los 40 puestos de trabajo.

Las obras las hizo el propietario del edificio y las pagó el hotel

Entre otras cosas el administrador descubre que las obras de remodelación del edificio las encargó la empresa propietaria, pero las facturas las pagó en Hotel Rey Sancho. De hecho ya hay una sentencia firme de concurso culpable de acreedores, lo que supone para el anterior administrador del Sancho, M.R.S., la inhabilitación para administrar empresas por un periodo de dos años. Además con la sentencia la empresa propietaria debe devolver al Hotel Rey Don Sancho un millón y medio de euros por las facturas que pagó por unas obras de las que se tenía que haber hecho cargo el propietario, no el establecimiento que estaba en arrendamiento. Además dejaba en mal lugar al director por su gestión en este periodo.

Una de las fricciones entre el director y el administrador concursal se debieron que el primero seguía vendiendo banquetes de bodas, bautizos y otros eventos, mientras el segundo se oponía ante la posibilidad de que el negocio tuviera que cerrar y dejara a clientes "colgados".

Fue este "excelente trabajo" el que originó que ambos, director y el antiguo administrador, tramaran una venganza contra el administrador concursal y le hicieran ese "juego de trileros" con los cheques y las grabaciones telefónicas, acusación que puede suponer entre cinco y seis años de cárcel y el cierre de la asesoría.

Actualmente el Hotel Rey Don Sancho ha sido adquirido por otra empresa y sigue abierto.