¿Por qué se inunda la rotonda de la estación de tren de Zamora cada vez que llueve?

Los aliviaderos no dan abasto para evacuar tanta agua cada vez que hay tormenta

Las posibles opciones, caras y que no aseguran la solución del problema, pasan por la ampliación del colector, un tanque de tormentas

Rotonda de la estación de tren de Zamora

Rotonda de la estación de tren de Zamora / A. A.

C. G.

No falla. El termómetro —o mejor dicho, el pluviómetro— para saber si ha llovido mucho o poco en Zamora capital es la rotonda de la estación de tren. Cada vez que las precipitaciones pasan de ser un simple chubasco a precipitaciones más abundantes, una gran balsa de agua se forma al instante en la glorieta situada frente al edificio ferroviario. Pero, ¿por qué pasa?

Un antiguo cauce del río Valderaduey

El Ayuntamiento tiene plenamente identificado el problema, que se repite cada vez que hay una tormenta importante. Lo contaba a este diario hace unos meses el que era entonces concejal de Obras, Urbanismo y Medio Ambiente, Romualdo Fernández. «La causa de las inundaciones en esta zona son las lluvias torrenciales. Es la zona más baja de la ciudad y por ahí discurría el antiguo cauce del río Valderaduey. La escorrentía llega toda la ese punto» y los aliviaderos no dan abasto para evacuar tanta agua cuanta llega; el colector se colapsa y empieza a subir el nivel del agua.

La solución, sin embargo, no es fácil, pero se están barajando opciones. Una de ellas parece la más obvia: aumentar la sección del colector de la zona. El problema de esta solución es que es muy cara y no asegura que se resuelva definitivamente la cuestión. «Con el cambio climático las tormentas cada vez son más importantes y frecuentes. Puedes diseñar un colector para 60 litros a la hora, pero venirte una de 70».

VÍDEO | El entorno de la estación de tren de Zamora vuelve a inundarse

Un tanque de tormentas, una posible solución

Otra solución técnica sería el denominado tanque de tormentas, es decir, un enorme depósito subterráneo capaz de almacenar gran cantidad de agua, al menos en el arreón inicial de una tormenta. Los inconvenientes son parecidos a la solución anterior: es una obra sumamente cara y salvo que se hiciera con un diseño sobredimensionado, tampoco asegura que el problema quede resuelto en todos los casos.

Además de los sistemas para evacuar mas rápido se están estudiando fórmulas para que llegue menos agua a la zona. Una de ellas pasa por el proceso de renaturalización: si hay menos cemento y más tierra posiblemente el terreno sea capaz de absorber parte del agua antes de que llegue a la zona de la estación. Esto se puede conseguir, por ejemplo construyendo los aparcamientos en tierra con celosías, como los nuevos de la calle Villalpando, donde puede crecer la hierba y absorber agua de lluvia y que además tienen un fácil mantenimiento, con una simple labor de desbroce. Con este tipo de medidas de renaturalización se reduciría la cantidad de agua que llega en escorrentía.

En resumen, el Ayuntamiento se plantea la necesidad de llevar a cabo una solución «técnicamente razonable» con en fin de mitigar el problema a un coste razonable, ya que es una obra que tiene sus dificultades.

El problema, pues, está estudiado, y las diferentes opciones sobre la mesa, solo falta que se aborde en un proyecto que concrete cuál puede ser la solución más viable técnica y económicamente para evitar un problema que ocurre, es cierto, en días contados a lo largo del año, pero que provoca un importante colapso de tráfico en una terminal, la ferroviaria, que es ahora mismo la más importante de la ciudad por el número de viajeros que mueve sobre todo en los desplazamientos de fuera de la provincia.