José María Iglesias, trabajador jubilado de Aquona: "El servicio de agua ha mejorado un 300 %"

Iglesias es la cuarta generación de una familia dedicada profesionalmente a la gestión del agua en la ciudad. Hablamos de la mejora del servicio que, en su opinión, no tiene nada que envidiar al de grandes capitales de provincia

A la izquierda, José María Iglesias con un compañero en la ETAP a finales de los 90 y a la derecha, imagen actual de Iglesias en la planta de tratamiento.

A la izquierda, José María Iglesias con un compañero en la ETAP a finales de los 90 y a la derecha, imagen actual de Iglesias en la planta de tratamiento. / AQUONA

AQUONA

P- ¿Cuánto tiempo estuvo trabajando en el servicio de agua de Zamora?

R- 48 años, toda mi carrera profesional y toda una vida. A los 16 años entré a trabajar para el servicio de aguas del Ayuntamiento. En el 69 entró el grupo empresarial al que Aquona pertenece, la primera empresa privada que gestiona el servicio, con ellos siempre me he sentido muy bien tratado. Estuve con Aquona del 69 al 2007 cuando me jubilé y ha sido una vida profesional que me ha gustado, que la he disfrutado. Por eso, siento un agradecimiento enorme, tanto hacia la empresa como hacia al Ayuntamiento. Además, viene de herencia: desde mi bisabuelo nos hemos dedicado a la gestión del agua, mis tíos, mis primos y ahora queda mi hijo que también se dedica a esto.

P - ¿Cuáles eran sus tareas?

R- Sobre todo, me he dedicado al tratamiento del agua, en la estación de agua potable de la ciudad (ETAP). También realizaba la inspección de suministros y contadores cuando tenía espacios libres. Al entrar Aquona, más o menos me encargaba de las mismas funciones, en la ETAP y también la inspección de contadores.

P- ¿Cuántas personas trabajaban para el servicio?

R- En la planta estábamos siete personas. Si contamos con el personal del taller quiénes se dedicaban a las altas, bajas, averías, etcétera, éramos diez u once trabajadores-ahora entre ETAP y taller están el doble-. La verdad es que solo puedo hablar de compañerismo. En muchas ocasiones teníamos que doblar turnos; entrábamos a las diez de la noche y a veces salíamos a las dos de la tarde, pero no nos importaba. Para mí ha sido una vida de trabajo y compañerismo estupenda.

P- ¿Cómo ve la evolución del servicio desde que usted entró a formar parte de él hasta hoy?

R- El cambio del agua en Zamora ha sido exagerado. Puedo decir que ha mejorado un 300 %. La potabilizadora comenzó a funcionar en el 56 con cuatro filtros y en el 58-59 ya se llevó a cabo la primera ampliación. Ya en el 70-72 se hicieron otros cuatro filtros y tres decantadores más, algo que repercutió considerablemente en la calidad del agua.

Además, el laboratorio municipal, que antes estaba en la catedral, se pasó directamente a la ETAP, allí se hacían todos los análisis, desde el agua de consumo, hasta la leche que se iba vendiendo por la calle.

Sin duda, la tecnología ha sido fundamental y ha ayudado mucho en toda esta evolución. En los primeros años, teníamos que bajar a limpiar los filtros que estaban en el río y subir los sacos de sulfato de 50 kg a hombros. Todo era manual y ahora está automatizado, ganando eficiencia y tiempo. Además, en cuanto llovía y venía la riada había quejas porque el agua estaba turbia. Hoy en día, hay avances como el tratamiento mediante la inyección de Ozono o el tratamiento por carbón activo granulado. En total, los filtros contienen cerca de 200 toneladas de carbón activo para eliminar olores, sabores y sustancias que pueda contener el agua. Toda esta tecnología y la profesionalidad del personal que hay en la planta hacen que el servicio de agua de Zamora no tenga nada que envidiar al de grandes capitales de provincia.

José María Iglesias, trabajador jubilado de Aquona: "El servicio de agua ha mejorado un 300 %"

José María Iglesias, trabajador jubilado de Aquona: "El servicio de agua ha mejorado un 300 %" / AQUONA

P- En su caso, ¿el trabajo es vocacional?

R- Por supuesto, ha sido algo que ha quedado dentro de mí. Cada cierto tiempo subo a ver la ETAP, hago el recorrido de la visita… es como si estuviese trabajando. Me gusta ir a las oficinas, las instalaciones, a ver la gente, que es muy buena. El personal de Aquona es como una familia. De los compañeros que empezamos en el Ayuntamiento quedamos muy pocos, pero nos juntamos con sus familias, hablamos de nuestra vida, siempre recordamos cosas del trabajo; para mí es muy bonito y gratificante.

P- ¿Es posible transmitir la ‘pasión por el agua’ de generación en generación?

R- Claro. A mi hijo siempre le he dicho, esta es tu vida, vívela, trabájala y verás los resultados. Pero sobre todo disfrútala porque es tu segunda familia. Estoy muy orgulloso de que continúe mi hijo, porque han sido muchas generaciones de mi familia dedicadas al agua.

P- En su opinión, ¿es clave el servicio de agua para el desarrollo y evolución de Zamora?

R- Todos los servicios que se han hecho, todos los polígonos industriales, van ligados al agua; es importante que no se pare el desarrollo industrial. Además, algunos pueblos de los alrededores están solicitando agua de la ETAP de Zamora porque el agua de la ciudad tiene mucha calidad y eso ayuda al desarrollo.

Además, la gente no es consciente del desarrollo de la ciudad vinculado al agua. Soy el vicepresidente del hogar de mayores San José Obrero y he llevado al grupo a la ETAP para que conociesen las instalaciones y han alucinado.

Entonces, había 5.000 contadores de agua y hoy en día hay 40.000, se han cambiado las tuberías generales para ganar presión y garantizar que el agua llegue a más sitios, se han hecho muchas cosas… La verdad es que hay que agradecer al Ayuntamiento que nunca haya puesto pegas a Aquona. La empresa ha gestionado el servicio de maravilla, ofreciendo experiencia y tecnología y dando muchas facilidades al personal. Debemos creernos que no tenemos que envidiar a otras ciudades.