"La inteligencia artificial es ya parte del presente en la lucha contra el cáncer"

Nadie puede saber lo que de aquí a un par de años puede deparar la inteligencia artificial, pero ya se puede decir que "definitivamente estamos ante un cambio trascendental". Lo dice una zamorana de Muga de Sayago, Celia Fontanillo Fontanillo que es ingeniera en Informática y doctora en Biología trabaja en un farmacéutica estadounidense, poco después de recibir el premio de Ingeniera Informática del Año que concede la Junta de Gobierno del Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Castilla y León.

–¿En qué consiste tu trabajo en Estados Unidos?

La zamorana Celia Fontanillo, informática del año

–Trabajo para una empresa farmacéutica con sede en Estados Unidos. Aquí dirijo un pequeño grupo de investigadores centrados en la identificación de dianas terapéuticas y en el desarrollo inicial de nuevos compuestos para enfermos de cáncer. Mi equipo está especializado en el análisis de datos biológicos (ADN, genes, proteínas) utilizando técnicas y herramientas de minería de datos e inteligencia artificial para entender y predecir el comportamiento de las células.

–¿Qué es la Biología Computacional?

–Es una ciencia que integra disciplinas diversas como informática, matemáticas y estadística con conocimientos de biología molecular y medicina. Se encarga de recopilar y estructurar grandes cantidades de datos biológicos y médicos y diseñar nuevos algoritmos para extraer conocimiento de esos datos y poder responder preguntas fundamentales sobre cómo funcionan las células o predecir cómo se comportarán.

–La inteligencia artificial está de moda por su potencial en distintos campos de la vida. ¿Estamos ante un cambio trascendental o se está exagerando?

–La rapidez de los avances en la inteligencia artificial, en todas las áreas, está cambiando la manera de interactuar y aprender de los datos de una manera sin precedentes. Es difícil predecir el potencial de este campo incluso de aquí a un par de años. Definitivamente estamos ante un cambio transcendental.

Si somos capaces de extraer patrones de las grandes bases de datos podremos llegar tratamientos más personalizados

–Ha trabajado tanto en universidades e instituciones públicas como en la empresa privada. ¿Dónde le gusta más?

–Una pregunta muy difícil de contestar. Yo diría que en las dos. Trabajar en instituciones públicas te permite centrar tu investigación en problemas fundamentales de la biología y en cómo expandir el conocimiento de los sistemas biológicos. El foco en la empresa está en la aplicabilidad de estas investigaciones: qué pacientes se podrían beneficiar y cómo. Pero el día a día, los desafíos y las herramientas utilizadas son muy similares. La mayor diferencia está probablemente en los recursos disponibles y la forma de acceder a ellos.

–¿Qué papel juega la informática en la medicina, en especial en los procesos de cáncer?

–El papel de la informática en la medicina es análogo al papel de la informática en otras disciplinas dispares como la economía, marketing, deporte, etc. El aumento de las capacidades de recopilación de información, ya sea sobre hábitos de consumo, estadísticas sobre jugadores de fútbol, o sobre datos de pacientes, hace que extraer conocimiento y conclusiones sobre patrones no sea posible de una manera manual. Necesitas desarrollar algoritmos capaces de extraer conocimiento, aprender y ser capaces de predecir comportamientos futuros. En el caso de la medicina, ser capaces de extraer patrones de grandes bases de datos con las características de cada paciente, sus tratamientos y cómo han respondido permite avanzar en tratamientos más personalizados.

–¿Puede ser el presente y futuro de la lucha contra el cáncer?

–Definitivamente es parte del presente y será parte del futuro.

Me siento muy halagada con el premio, sobre todo si sirve para visibilizar a las mujeres en las carreras técnicas

–¿La decisión de marchar a Estados Unidos fue circunstancial o necesaria para seguir una carrera profesional más importante?

–La decisión de mudarnos a Estados Unidos fue una combinación de circunstancias personales y profesionales. En mi familia siempre hemos considerado importante comprender y estar expuesto a diferentes culturas, idiomas y maneras de vivir y cuando nació mi primera hija consideramos que era un buen momento para probar el vivir fuera durante un tiempo. Al mismo tiempo surgió una oportunidad muy interesante de ampliar el impacto del trabajo que estaba haciendo en España, pero en Estados Unidos. Fue la tormenta perfecta que nos impulsó a dar el salto. De todas maneras siempre estamos mirando por el rabillo del ojo, buscando de nuevo esa tormenta perfecta que nos lleve de vuelta a España.

–¿Te gusta más vivir en Estados Unidos o en España?

–En España, siempre... Se echa mucho de menos la gente, la comida, la cultura...

–¿Mantiene relación con Zamora?

–Si. Cada verano sin falta nos venimos toda la familia a Zamora, a mi pueblo, Muga de Sayago. Somos muy afortunados de poder trabajar en remoto desde casa y nos pasamos todas las vacaciones escolares de los niños ahí, julio y agosto, en Zamora. Nos encanta que nuestros hijos sean conscientes de sus raíces y cultura y pasen tiempo con la familia. He pasado toda mi infancia y todos los veranos en Muga y no hay nada como coger la bici y pasar la tarde con tus amigos en la plaza del pueblo.

–¿Qué le parece el premio que le acaban de otorgar?. ¿Vendrá a recogerlo personalmente?

–Me siento muy agradecida con el reconocimiento, sobre todo si sirve para visualizar el papel de la mujer en las carreras técnicas y eso ayuda a las futuras ingenieras a dar el paso. No podré ir a recoger el premio personalmente al vivir tan lejos (California) y con el trabajo y la familia. Imposible cuadrar un viaje a España en esas fechas.

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