Zamora da luz a Berlín

El técnico de iluminación de cine zamorano, Carlos Sever Alonso, gana el primer premio en el Berlin Indie Film Festival por el videoclip "21st Century" del cantante Danis Granan

Carlos Sever Alonso, en el centro, preparando el set del videoclip que ha ganado en el Festival de Berlín.

Carlos Sever Alonso, en el centro, preparando el set del videoclip que ha ganado en el Festival de Berlín. / Cedida

"Gracias a una madre que me enseñó a mirar la pintura", que le empapó en el arte y le educó visualmente para captar encuadres allí donde otros ven una simple imagen; y "a mi padre, que me regaló una cámara con 15 años y me dijo, "hale, ahora tú solo, a ver qué haces", soy lo que soy", apunta Carlos Sever Alonso, técnico de iluminación de cine, aunque normalmente trabaja de gaffer, jefe del departamento.

De esa intuición, de ese admirar la belleza y el lenguaje visual, la composición de la luz y el personaje en los muchos museos que visitó de la mano de su madre, nació el director de fotografía e iluminación que ha logrado llegar a Berlín y triunfar gracias a Cosmic Tree Productora Audiovisual, con quien trabaja habitualmente.

Fue una sorpresa ganar en el "Berlin Indie Film Festival", en el apartado del mejor videoclip para proyectos amateurs, con el trabajo realizado para la canción "21st Century" del cantante gallego Denis Granan y en el que "entré con otros dos chicos a eléctrico. Ha estado bien".

El zamorano durante uno de sus rodajes. | Cedida

El zamorano durante uno de sus rodajes. / Cedida

La obra ha llegado también a Budapest, donde está nominada en otro festival, explica Carlos, quien da algunas pinceladas sobre el guion del videoclip: un actor que termina trabajando como acomodador en las salas de un cine, el mismo en el que se proyectan las películas que un día le convirtieron en estrella. El hilo argumental "gira en torno a la reacción del público frente a esos films antiguos y de cuando se percatan de que el acomodador es el protagonista".

Carlos pone su toque personal en la parte técnica y de iluminación, tan esenciales para generar la atmósfera adecuada, envolver la cadencia de cada secuencia, tan importante para meter de lleno al espectador en la escena que observa. Mikel Delgado y Álvaro Jiménez, a sus 24 años, son los directores de Cosmic, un equipo de noveles talentos, "un grupo muy homogéneo".

Los cuatro años de estudios en la Escuela Universitaria de Artes TAI Madrid les unió, desde primer curso es amigo íntimo de Mikel y Álvaro, director de fotografía en el videoclip que triunfó en Berlín, "es muy, muy bueno, tiene las ideas muy claras, a los técnicos nos guía y apoya muchísimo. Coge a gente que tenemos un rodaje ya hecho", lo que facilita el desarrollo de la ambientación.

Temáticas nocturnas y underground

El mítico teatro Capitol de Gran Vía de Madrid fue la localización del vidoeclip, sus dimensiones y su infraestructura "nos permitió no partir de la oscuridad, aunque es una sala vacía en la que tienes que ser tú quien cree" la atmósfera de la escena. "La gente cree que la luz del cine son bombillas de casa pero son muy diferentes, mucho más pesadas y potentes. Hay que hacer una composición, que es complicado en el primer rodaje porque no has enfrentado nunca esa situación y tienes miedo, pero después de 15 o 16 cortos, 8 videoclips y 4 desfiles de moda, más o menos tienes un estilo". El primer corto, "que se conoció un poquito, titulado "Su mirada", lo hice con 18 años". Fue su bautismo de fuego.

Carlos, vive rodeado de directores de fotografía que son, además, amigos, cuenta que "cada uno tiene su estilo propio, estamos "locos" a nuestra manera. A mí me encantan las temáticas muy nocturnas, de muchos colores, de mucha fiesta, muy underground, una imagen no tan comercial".

El jefe de iluminación zamorano durante un trabajo. | Cedida

El jefe de iluminación zamorano durante un trabajo. / Cedida

Destaca, como contrapunto, el estilo de su amigo Álvaro, "siempre reinventando, le gusta la luz muy limpia, hará cine muy bueno y comercial". No olvida a Joaquín García-Riestra, de quien "suelo ser su jefe de iluminación, tiramos mucho al claro-oscuro, todo muy nocturno, nos gusta manejarnos con pocos puntos de luz y mucha oscuridad. Él se crió entre Badajoz y Suiza, yo en Zamora, por eso solemos irnos a los nublados no luminosos, hacemos un cine más intimista, de conexión con el protagonista".

Un ambiente que les ha servido para hacer dramas o para hacer comedias, aunque no renuncian a los neones, como han demostrado en algunos videoclips ciberpunks. "En el corto es muy difícil transmitir, tienes muy poquito tiempo y la gente va a empatizar directamente con el personaje". En una película es diferente, como "en la que he hecho como jefe de iluminación, con un presupuesto muy bajo y chavales de 18 o 19 años que llevamos a Vallecas a grabar", la historia de dos amigos con objetivos en la vida totalmente opuestos.

Visibilizar a quienes nadie da voz

Con frecuencia, este se echa la cámara al hombro y va buscando, rostros, retratos, "lo que más me gusta", captar a las personas, la realidad sin filtros, "les digo que si me dejan hacerles una foto y la gente suele decirme que sí". Y elige los lugares más insólitos para disparar buscar un encuadre que rompa lo tradicionalmente correcto.

Este zamorano de 23 años echa de menos el empuje institucional al arte y al cine hecho por jóvenes en esta provincia, piedra angular para que los que, como él han tenido que irse, puedan regresar. Él lo haría si hubiera posibilidad de trabajar. Pero sigue en Madrid, siguiendo la senda de "Saura o Almodóvar", cineastas de los que bebe, al igual que sus colegas, porque les enseñan a poner al descubierto "personas a las que nadie da voz, realidades de las que nadie habla". Metido en ese mundo underground.

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