El pintor Ricardo Segundo y toda una obra maestra

Su colorido, el tamaño a escala natural de las personas retratadas y, sin duda, la composición de la obra adentran en "Vistiendo a la novia", un cuadro de grandes dimensiones que pintara en 1931 con tan solo 28 años Ricardo Segundo. La pieza, de cuatro metros cuadrados a lo que hay que añadir el marco, habitualmente se encontraba en el zaguán del Palacio de la Encarnación.

En dependencias de la Diputación de Zamora, entidad que compró la obra al año siguiente de su ejecución, dos de las hijas del artista, Margarita y Gloria García Pertejo, ahora lo están restaurando.

El óleo sobre lienzo tenía ciertos agrietamientos en la parte inferior al estar sometido a muchas corrientes de aire. Tras una limpieza acuosa han efectuado una reintegración con acuarela en "las partes blancas", tapando raya a raya. También han actuado en la zona superior izquierda donde "faltaba un poco de tela", describe Gloria García.

Las hermanas, grandes conocedoras de cómo trabajaba su padre, han sacado a la luz que en el cuadro, todo un tratado de etnografía, el pintor escribió, en la esquina inferior izquierda, las palabras "Tierra de Alba". "Antes pensábamos que ponía Carbajales, pero optó por esto porque quería identificar la zona", estima Gloria García Pertejo.

Además, al quitar el marco han observado en la zona del bastidor "unas marcas de chinchetas". Estos pequeños agujeros y la existencia de una foto de Ricardo Segundo pintando en un taller que improvisó en Carbajales, mueven a la familia a pensar que lo pintó en el pueblo, la tela la transportó y la montó en un bastidor en Zamora.

La actuación también está permitiendo descubrir la riqueza de la indumentaria de esta escena costumbrista. "Vemos unos mandiles todos hechos con transparencias y una impresionante riqueza en la joyería, con grandes pendientes y collares, en oro", describe Gloria García que apostilla que "el zapato de la novia no tiene lentejuelas, solo está bordado".

También las restauradoras remarcan las dos escenas que recoge la obra. En el fondo los abuelos, a quienes ahora se puede apreciar los detalles de su rica vestimenta "antes muy velada", mientras que el primer plano lo ocupan la madre y las amigas que ayudan a la novia a vestirse. "La tristeza de unos frente a la alegría de la juventud", sintetiza Margarita. La profesional también alude a la presencia de cerámica de la zona "del cántaro de Moveros y una barrila de cerámica que contiene agua" lo que contrasta con una alacena con piezas "hasta de cristal" lo que demuestra "la riqueza de la zona".

En esta línea Gloria menciona la presencia de cortinas en la estancia, la proliferación de telas azules o a que las mujeres presentan "una sortija, algo que no se ve en sus obras de Aliste" y añade que "las cuatro miran al pintor como si se tratase de una fotografía porque está muy pensada la obra". "La composición es lo más importante en sus cuadros", asevera Margarita García Pertejo.

Para las dos hijas de Ricardo Segundo, la mejora de la pieza "está siendo un disfrute". "Habíamos hecho restauraciones de obras de nuestro padre con muchos más problemas" que esta, dice una a lo que la otra confiesa que "el tamaño de este cuadro, impone".

Nueva ubicación

La familia del artista y la Diputación de Zamora están buscando una nueva ubicación idónea dentro del edificio institucional para que una vez restaurado "Vistiendo la novia" pueda verse en las mejores condiciones y en todo su esplendor.

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