¿Un ladrón o el despiste de una monja? Siete policías rastrean este convento de Zamora

¿Un ladrón o el despiste de una monja? La entrada de siete agentes de la Policía Nacional y de la Municipal en el convento del Tránsito de Zamora capital en busca de un posible ladrón terminó al cabo de una hora de rastreo por el interior del inmueble. La confesión de una de las religiosas que, por despiste, encendió luces y abrió la puerta trasera del edificio que da al garaje puso fin a la infrucutosa busqueda que movilizó a las 22.00 horas a cinco coches patrulla de la Policía Nacional y de la Policía Municipal en busca de un supuesto ladrón.

Hasta ruidos parece que escucharon las monjas, que alertaron de la posibilidad de que hubiera entrado alguien en su convento.

Las religiosas creyeron que podría haber algún "intruso", puesto que la puerta trasera del convento estaba abierta y, cuando iban a acostar a alguna de las compañeras, oyeron sonidos extraños, que les llevaron a sospechar de un posible asalto.

La parte posterior del convento y la iglesia está tapiada por un muro al que se podría acceder sin muchas dificultades, dado que la altura no es excesiva y que se prolonga hasta la zona de la muralla de la cuesta del Pizarro, según fuentes consultadas.

Dos patrullas de la Policía Nacional llegaron de inmediato al edificio conventual hacia las 22.00 horas. Los cuatro agentes que realizaban labores de vigilancia en la capital comenzaron a inspeccionar de inmediato, tarea a la que se incorporaron agentes de otro coche patrulla de la Policía Municipal a los pocos minutos.

Media hora después del aviso, siete policías de ambos cuerpos se hallaban ya en el interior del convento de las clarisas para recorrer todas las dependencias.