¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

Es el ejemplo más sobresaliente a nivel peninsular de este estilo y periodo histórico

Interior de San Pedro de la Nave

Interior de San Pedro de la Nave

Gustavo Rubio Pérez

El primer documento escrito que conservamos en el que se menciona al famoso templo visigodo de San Pedro de la Nave, pertenece al siglo X, concretamente está fechado en el año 907. En el texto en cuestión el monarca Alfonso III, al que muchos autores consideran como primer Rey de León, dona el término de Valdeperdices al entonces monasterio de San Pedro y San Pablo, el cual dependía eclesiásticamente del priorato de Celanova (Orense). Sin embargo tal advocación quizás no sería la primigenia del templo, pudiendo haber estado vinculado en origen a una pareja distinta de santos, concretamente a San Julián y Santa Basilisa; dicha cuestión parece reforzarla el hecho de que en la cercana población de Videmala, en tiempos dependiente del antiguo ayuntamiento de San Pedro, se le dedicara el templo a San Julián.

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

La leyenda de los referenciados santos cuenta que estando de caza un noble caballero de nombre Julián, éste atisbó a un ciervo. Durante la persecución tratando de darle alcance, el cérvido le vaticina a Julián que acabará matando a sus padres. Atemorizado ante aquel sobrenatural e inquietante presagio de la posible comisión de parricidio por su parte, Julián decide alejarse de sus progenitores, y toma rumbo hacia tierras lejanas. Rápidamente, y una vez ya asentado en nuevos lares, conseguirá ganarse la simpatía y favores del rey de aquellos territorios, y tanto fue así, que será el propio monarca el que procurará y propiciará el matrimonio de Julián con una de las más virtuosas mujeres de su reino, Basilisa.

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

Ya desposados, durante un desapacible y oscuro día de febrero, Basilisa, estando ausente su marido, recibe la llegada de los ya muy ancianos padres de Julián, los cuales se habían echado a los caminos para dar con el paradero de su perdido y amado hijo. Al verlos muertos de cansancio por tan duras y prolongadas travesías, Basilisa se ve en la obligación de cederles su lecho conyugal, para que de este modo puedan restablecer sus fuerzas. Sin embargo el aciago destino quiso que Julián regresara a su casa al alba, momento en el que además Basilisa se encontraba ausente por haber acudido a la perceptiva misa a la que devotamente acudía cada día. Fue entonces, cuando Julián al querer acostarse se percata de que hay dos cuerpos ocupando su cama y, preso de la más absoluta de las iras, no puede por menos que pensar que su esposa le ha sido infiel y que yace junto a otro hombre. Llevado por una infernal cólera saca de su funda la daga que portaba en su cinturón y apuñala reiteradamente a los pobres amantes. La profecía del ciervo se había cumplido.

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

Cuando Julián se dio cuenta de lo que había hecho, un sentimiento de culpa y desamparo se apoderó de él, determinando éste que para purgar aquel pecado habría de estar de por vida al servicio de los numerosos peregrinos que por el enclave y término de San Pedro y San Pablo pasaban para vadear el río Esla (Ástura en origen). Basilisa, llevada por su amor, decide acompañarle en aquella nueva tarea. En aquel lugar, Julián se convertirá en barquero, y a la par construirá una iglesia y un hospital.

"Un ángel enviado por Dios"

Pasó el tiempo, y durante una de las muchas noches de tormenta en las que Julián arriesgaba su vida en ayuda de algún maltrecho peregrino, él y su esposa consiguieron sacar de las aguas del Esla a un joven que ya se encontraba prácticamente ahogado tras caer a las aguas. Basilisa y Julián consiguieron reanimarlo, y cuando éste recobró el halo vital les anunció que era un ángel y que había sido enviado por Dios para comunicarle a Julián que le ha sido otorgado el perdón divino por su absoluta dedicación y amor al prójimo en aquellos parajes de paso entre la Tierra del Pan y la comarca de Alba. Asimismo les informó de que la Divina Providencia había determinado la próxima muerte de ambos con el favor de Dios, cosa que sucederá un 7 de enero, siendo tras ello enterrados en dos capillas a los pies del templo que ellos mismos construyeron.

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

¿San Pedro de la Nave o San Julián y Santa Basilisa?

Ciertamente el emplazamiento donde se ubicaba originariamente la iglesia, fue un lugar donde siempre fue requerida la intervención de barcas o “naves” (de ahí la actual denominación del templo) para cruzar al otro lado del río Esla, por lo que tampoco resultaría extraño la advocación primigenia a los santos Julián y Basilisa del ya nombrado desde hace más de un milenio como templo de San Pedro de la Nave.

Traslado a El Campillo

Famoso fue el traslado a unos 2 o 3 kilómetros (a la población de El Campillo) de la iglesia piedra a piedra al comienzo de la década de los años 30 del siglo pasado, cuando siendo ya inminente, y supuestamente acuciante, la construcción del pantano de Ricobayo a cargo de la empresa “Saltos del Duero”, se determinó quedar bajo una tumba de 40 metros de agua, a dos milenarias poblaciones: la de la Pueblica y la de San Pedro, ésta, última ubicación del templo. En Zamora y resto de la Región Leonesa por desgracia tenemos otros muchísimos ejemplos de pueblos que fueron sepultados por las aguas (Argusino, Riaño y un etcétera inmenso...)

Estilísticamente esta iglesia visigoda, a la cual le asisten ya más de 1200 años de existencia, es sin duda el ejemplo más sobresaliente que poseemos a nivel peninsular de este estilo y periodo histórico, pues a su rotunda factura y monumentalidad hemos de sumarle la bella decoración escultórica que puebla sus muros y capiteles. Por inabarcable en un solo artículo, de todo ello me ocuparé en una próxima entrega, pues esta joya de San Julián, de San Pedro, de Santa Basilisa y San Pablo bien lo merece.