ESPECIAL JARDINERÍA Y CAMPO

Grandes y pequeñas máquinas, aliadas del campo

El tractor fue una auténtica revolución a la que ha seguido la protagonizada por distintas herramientas mecanizadas

Un tractor cosecha en un campo de la provincia.

Un tractor cosecha en un campo de la provincia. / JOSE LUIS FERNANDEZ

La agricultura se ha modernizando a pasos agigantados y muestra de ello es la cantidad de herramientas que hacen de las labores del campo algo mucho más sencillo que en épocas antiguas. 

El tractor fue una auténtica revolución a la que han seguido otras máquinas, como las motoazadas. Este artilugio, cada vez más ligero, permite ejecutar los trabajos de la tierra sin tener que sufrir de los riñones tanto como antes. 

Utilizadas principalmente en horticultura y jardinería, las motoazadas permiten en una sola pasada y sin esfuerzo escarda, azada, arado y hundimiento de la tierra. Equipadas con un eje único que hace girar una o más fresas y dos asas con las manijas de control, se utilizan a menudo en jardinería para preparar el terreno a principios de la temporada. En su momento supusieron un auténtico soplo de aire fresco para el sector. Sus mayores adeptos son quienes tienen pequeños terrenos o propiedades de difícil acceso para el tractor.

Las motoazadas y los motocultores son herramientas diseñadas con un gran propósito: Alcanzar el objetivo en menos tiempo y con la mitad de esfuerzo, gracias a su ligereza y facilidad de conducción. Además, tienen la capacidad de transformarse con complementos que hacen que sirvan para diferentes trabajos en del campo.

Su polivalencia y versatilidad ha supuesto uno de los grandes avances de las últimas décadas en la agricultura. Unas máquinas convertidas en grandes aliadas de pequeños campesinos, aficionados o jubilados apasionados de la horticultura.

Hay motoazadas de todos los tamaños y, cada vez más, los desarrolladores se esfuerzan por hacerlas más ligeras para que su manejo sea menos complicado. 

Incluso la transformación verde ha llegado también a esta maquinaria y hoy es frecuente encontrar modelos eléctricos que con una simple carga hacen las mismas funciones.

El progreso del campo es imparable y cada vez son más los nuevos inventos que hacen la vida agraria mucho más fácil que antes. Las herramientas son casi incontables con el fin de tener la tierra en las mejores condiciones. En la actual época de siembra para los huertos, la ayuda de la tecnología se ha vuelto imprescindible.

En una actividad tan importante, y en la que las tareas tradicionales son vitales, la innovación y las nuevas tecnologías agrarias han logrado que la labor se lleve a cabo de una forma mucho más sencilla.