El gran Alfredo Tejada regresa a su talismán zamorano

Para el malagueño afincado en Granada desde sus primeros dientes, no cabe ninguna duda que regresar a Zamora supone un honor, además de un reencuentro con una afición que lo apoyó sin dudar a lo más alto de la cima flamenca: El Festival Internacional del Cante de Las Minas, en La Unión. Lógicamente, para “Amigos del Cante”, también, supone una enorme satisfacción contar con tan monumental artista en nuestro humilde santuario de lo jondo en La Andalucía del Norte. Esto es, Peña Trevinca, 14, hoy sábado a las 20:30 horas.

Y digo un honor, porque exactamente hace cinco años y un día, Alfredo, con la sonanta de Carrión, estuvo con nosotros, haciendo un recital memorable y, como no podía ser de otra manera, preparando su gran actuación para alzarse con la preciada Lámpara Minera, poco más de dos meses después. En ese momento lo pude abrazar, nos abrazamos en La Unión, y me recordó la importancia de su presencia en Zamora, concretamente en La Peña, como rampa de lanzamiento experiencial para su rotundo éxito sin paliativos.

Alfredo Tejada, pese a su insigne apellido, parece ser que nada tiene que ver con José Tejada Martín, Niño de Marchena - conocido artísticamente como Pepe Marchena- más allá de su condición de estudioso de los clásicos, para empaparse en sus docencias y quejíos. Dominador de todos los estilos y trasmisor con sello propio diferenciado. Sus profundos conocimientos, su enorme metal de voz, la presencia sobre el escenario y el señorío en el saber estar, lo hacen único en estos complicados vericuetos de lo jondo. Un auténtico acierto su regreso a Zamora, a la que sin duda es su casa.

Estará acompañado por Antonio Montalbán Muñoz, artísticamente Antonio de La Luz, granadino, joven y muy sobrio con la bajañí. En base a mi memoria, sería su primera actuación en nuestra ciudad, motivo más que de sobra, junto a la maestría de Alfredo, para disfrutar con creces de la presencia de ambos.