Entre las setas se pueden contemplar las premiadas. El ejemplar más espectacular es uno de Pleurotus ostreatus o seta de ostra de unos seis kilos de peso recogida en un terreno que tuvo en su día una chopera en Montamarta. Es la seta que se vende habitualmente en las bandejas de los supermercados, pero de un tamaño descomunal. El ejemplar más raro es el Contumyces vesubianus, una diminuta seta originaria del Vesubio recogida en Villar del Buey. Y el premio al ejemplar con mayor interés científico fue para el Cortinarius scaurotraganoides recogida en Peñausende y que por segunda vez se data en España, tras otro ejemplar documentado en Valencia. Además, hay otras setas curiosas, como el cornezuelo del centeno ("fuego de San Antonio"), que produjo miles de muertes en la Edad Media porque se molía con el grano para hacer harina y posteriormente se utilizó para obtener drogas como el LSD y medicinales o el Clathrus archeri, que recuerda un ojo con tentáculos de calamar y llegó a España procedente de Nueva Zelanda, desde donde viajó con las esporas que se pegaban a la lana que importaba el Reino Unido.