Habría que bucear mucho en la hemeroteca para encontrar el último dato demográfico o de movilidad laboral positivo para la provincia de Zamora. Desde luego, una cosa está clara, y es que 2018 -quedan unos meses para cerrar la estadística del ejercicio, pero es lo que va a pasar al 99% de posibilidades- tiene pinta de ser el peor año para la movilidad laboral por lo que se refiere a la provincia. Los últimos datos elaborados por el Servicio Público de Empleo Estatal indican que Zamora registró un saldo negativo de trabajadores sangrante en los tres primeros trimestres de 2018. Si se comparan los contratos que los zamoranos han firmado fuera de la provincia con los acuerdos que los foráneos han rubricado con empresas zamoranas, el saldo es negativo en 5.460 personas. Sangrante.

Como siempre que salen a la luz estas estadísticas, conviene recordar que la cifra no indica -menos mal- que todas estas personas hayan establecido su residencia fuera de la provincia de Zamora. Muchas han encontrado empleo en territorios limítrofes y viajan para trabajar pero regresan a su lugar de origen después de terminar la jornada laboral. De hecho, los datos de movilidad a los que ha tenido acceso este diario indican que Valladolid es la provincia que registra mayor "entrada" de trabajadores zamoranos. La cercanía indica que muchos de estos trabajadores regresan a Zamora a diario. Después de Valladolid se sitúan las provincias de Madrid, León, Salamanca y Palencia. En el caso de Madrid y de Palencia todo indica que el contrato laboral conlleva una nueva residencia, pero no así en el resto.

Aunque son muchos menos, también hay trabajadores de otras provincias que llegan a Zamora para ganarse la vida. La mayoría llegan de provincias limítrofes. Salamanca, Valladolid y León son los tres territorios que más trabajadores "envían" a la provincia de Zamora. Madrid y Ourense se sitúan en cuarta y quinta posición respectivamente, siempre con los datos del SEPE.

De vuelta a los trabajadores que se marchan de Zamora, los datos indican que la movilidad es mucho más acusada en los hombres que en las mujeres. La tasa de movilidad de los primeros supera en algunos trimestres el 22%, mientras que la de ellas no suele llegar al quince. Todos los grupos de edad registran movilidad negativa cuando se analiza el mercado laboral de la provincia aunque, lógicamente, los trabajadores más jóvenes -los que tienen menos de treinta años- son los que registran las tasas más elevadas. La movilidad laboral interprovincial va en descenso conforme crece la edad hasta ser muy reducida ya en mayores de 45 años.

Por sectores económicos, el personal del sector servicios es el que más movilidad registra entre provincias, lo que indica que en muchos casos se trata de trabajos temporales que conllevan una elevada movilidad al caducar los contratos laborales. De la misma manera, todos los grupos ocupacionales registran pérdidas. Agricultura, industria y, por último, construcción, registran datos negativos en este orden. Los trabajadores que salen para dedicarse a la construcción y los que llegan de otras provincias representan cifras bastante parejas, según los datos.

Del mismo modo, todos los niveles formativos tienen datos negativos. Aunque en cifras absolutas la movilidad es mayor en las personas que tienen estudios básicos o titulación de hasta Educación Secundaria Obligatoria, la tasa de movilidad es superior en las personas con estudios superiores, lo que indica que el mercado laboral de Zamora no está preparado para dar un empleo a las personas con más alta cualificación profesional.