El condenado ayer por el Juzgado de lo Penal a un año de prisión por tráfico de drogas se percató de la presencia de un control de la Guardia Civil a unos metros, los suficientes, creyó, como para dar la vuelta con su vehículo en una gasolinera cercana y retroceder. Sin embargo, su decisión le condujo directamente al Juzgado de Villalpando, donde fue procesado por tráfico de drogas, al habérsele incautado 877,82 gramos de hachís en el turismo en el que viajaba, procedente de otra provincia limítrofe con Zamora.

El intento de sortear el control rutinario de la Guardia Civil, el 15 de noviembre de 2013, le salió demasiado caro, ya que, además de los doce meses de prisión a los que se le condenó, deberá pagar una multa de 4.800 euros, cuantía que habría obtenido al comerciar con esta sustancia. Junto al costo que se le decomisó, los agentes encontraron una importante cantidad de dinero, muy superior a la que tendrá que abonar por sentencia y de la que se le descontará esa multa. El resto le será entregado de inmediato, de acuerdo con la petición de su abogado, Miguel Ángel Martín Anero.

La Fiscalía accedió ayer a reducir la petición de penas, al reconocer el imputado la comisión del delito y mostrar arrepentimiento. La circunstancia de que se trate de hachís, una sustancia que causa un grave menor en la salud que otras drogas, conlleva penas de prisión más bajas.