La iglesia de Santa Lucía, templo románico contiguo al Museo de Zamora, alberga el almacén del espacio cultural. El edificio pertenece al Obispado de Zamora que ha hecho una cesión temporal al Estado con la condición de que sea lapidario del centro que exhibe tesoro artísticos de la provincia.

Durante los últimos años el templo ha estado cerrado a los investigadores como consecuencia de las restauraciones llevadas a cabo por el Ministerio de Cultura y por Zamora Románica. Una vez que han concluido las actuaciones y que el Provincial recupera su servicio de didáctica, el Museo de Zamora ha decidido elegir su almacén como pieza especial hasta diciembre y realizar visitas comentadas.

Los primeros documentos datan la iglesia en torno al año 1200. Originalmente Santa Lucía fue un templo románico construido con piedra arenisca zamorana y tres naves, aunque ha sufrido muchas modificaciones y únicamente se conserva de este período el muro norte, que cuenta con canecillos que recuerdan a formas animales o vegetales.

Hacia el siglo XIV se renovó todo el interior. Desaparecieron las tres naves originales probablemente por problemas de estabilidad y se construyeron los grandes arcos de la nave actual. En lado sur se adosó, hacia 1522, la capilla gótica de la Soledad que para el historiador José Ángel Rivera de las Heras fue edificada por Antón Hernández y su mujer Benita Lozana. Este espacio era una zona donde el Provincial guardaba los restos relacionados con etnografía que pasaron a estar depositados en el Museo Etnográfico a fin de facilitar que Zamora Románica interviniera. Fruto de esta labor, realizada en varias fases, «se ha descubierto la obra pictórica mural gótico-mudéjar y renacentista que decora el interior de la capilla y se ha realizado una ordenación estratigráfica que ha permitido contextualizar cada uno de ellas en la etapa a la que pertenecen», indican fuentes del servicio de Didáctica.

Además el siglo XVII, demolieron el ábside original para hacer uno nuevo más grande. La cabecera se transformó y se abrió en el testero de la capilla mayor un camarín típicamente barroco cubierto con un tejado escamado de pizarra y se creó un la portada meridional, de sencilla composición manierista, en la que aparece una hornacina. Ya en XVIII se añadió la espadaña y el oratorio donde escuchaban misa los propietarios del Palacio del Cordón y que ahora alberga piezas de arqueología.

En tiempos más recientes en el muro sur se instaló un reloj de sol que Juan Luis Moraza realizó con motivo de una exposición temporal del Museo de Zamora. « Se trata de una metáfora que evoca el paso del tiempo y el paso del hombre a través de la historia», indican fuentes del Provincial.

En su interior Santa Lucía alberga en unos soportes diversas obras pictóricas de menor relieve, esculturas y materiales que han aparecido en excavaciones arqueológicas así como muchos elementos heráldicos, entre ellos un escudo realizado por Eduardo Barrón que se rescató de un edificio en San Martín o los que estaban en las torres del Puente de Piedra, así como capiteles y numerosas estelas funerarias romanas que aparecieron en la construcción de los embalses de Ricobayo y de Villalcampo.

El templo, donde llama la atención los arcos diafragma, acoge piezas de los mosaicos romanos aparecidos en el norte de la provincia y unos moldes de los relieves de San Pedro de Nave. «Cuando trasladaron la iglesia visigoda el arquitecto Alejandro Ferrán los hizo como una parte más de la documentación», indican desde el servicio de didáctica del Museo. Delante de los relieves, situados en la cabecera, el visitante puede observan varios sarcófagos y la pila bautismal que se localizó en la antigua plaza de San Gil, ahora del Maestro Haedo.

El boceto del paso de «Redención» de Mariano Benlliure convive con bustos de Franco, Primo de Rivera y Ramiro Ledesma, con una escultura de Filuco o con una escultura de San Bernardo que se encontraba en la portada de la iglesia del monasterio de Moreruela.

Las visitas a la pieza seleccionada están programadas los martes y los jueves a las 19.00 horas, los miércoles y los viernes a las 13.00 horas, mientras que los fines de semana se realizan al final de la actividad «Venquetecuente», un recorrido comentado a todo el Museo de Zamora que se realiza los sábados a las 17.30 horas y los domingos a las 12.30 horas.