Camina por una calle de Sevilla -una vía bética nunca es una calle cualquiera-, ciudad donde realiza un "máster" en Gestión Cultural. «¿Una entrevista?». No detiene el paso. «Soy una persona perfeccionista, a la que le gusta hacer las cosas bien. Todo lo que realizo en mi vida lo contemplo desde un punto de vista positivo». Cursó Bellas Artes, y está ilusionada con su exposición de óleos en Zamora, su tierra. Es la primera vez. «Me servirá para obtener conclusiones y continuar mejorando». Está a punto de concluir aquellos estudios. Y pronto «comenzaré a trabajar», dice, «en una empresa de gestión cultural, dedicada a la museología». El tráfico y sus ruidos, al fondo. Prosigue su camino. Sólo se hace al andar, sin volver la vista atrás.