La previsible concesión de una nueva prórroga de tres meses por parte de Europa para invertir más de tres millones de euros en el Castillo llevará al Ayuntamiento a convertir en visitable la totalidad de la fortaleza, desde la liza hasta el foso, el patio de armas y la parte superior del Castillo «a través de un recorrido turístico», explicó ayer el nuevo concejal de Obras, Francisco Javier González, a expensas de la confirmación oficial sobre la nueva moratoria europea. La medida, aún en fase de estudio, tratará de satisfacer una demanda ciudadana que se percibe desde hace meses, lo que lleva a poner sobre la mesa la posibilidad de coordinar un programa de visitas guiadas también durante el desarrollo de las obras. La iniciativa objeto de estudio no es nueva y toma ejemplo de otras obras del país de la categoría de la Catedral de Vitoria, que bajo el lema "abierta por obras" muestra al público cómo se trabaja para restaurar un edificio antiguo. La idea -en la que el Ayuntamiento tendrá la última palabra- es hacer compatible el ritmo de los trabajos con la seguridad de los visitantes y «trata de acentuar la comprensión intelectual de la propia actuación», indica el arquitecto zamorano Francisco Somoza, quien da fe de «la fuerte demanda social para visitar el Castillo», atestigua. Además de la ejecución de todo el proyecto museístico a manos de Moneo, el Ayuntamiento trabaja ya en el proyecto de actuación en los jardines «que ya está informado en el servicio de Patrimonio de la Junta», confirma el edil de Obras, consciente del «deterioro continuado que ejerce la concentración de materiales sobre la muralla».

Iluminación del entorno

Esta retirada de toneladas de relleno terroso supondrá un posterior reajardinamiento del Castillo que se dotará de una nueva iluminación. Al margen de la presión que ejerce la tierra acumulada y de la necesidad de mantenimiento de las murallas dada su antigüedad, el acopio de agua como consecuencia de esos rellenos origina un colapso en la evacuación que hace que el agua se filtre hasta llegar a la roca y, al no poder traspasarla, se desliza afectando a las piedras básicas del sustento del recinto amurallada poniendo en peligro parte de la historia de la ciudad.

Los jardines anejos a la fortaleza medieval se reestructurarán en función de los hallazgos que aparezcan durante la obra para «reconfigurar el espacio de la manera más completa y racional posible», completa el arquitecto zamorano, convencido de la necesidad de actuar en los jardines.

El nuevo espacio contará con mayor área verde y una iluminación que ofrezca una sensación de luz de antorcha en la que la luminaria sea lo más invisible posible.