Las personas en silla de ruedas y las que van a cargo de un cochecito de niño se ven obligadas a deambular por la calzada, en una vía atravesada a diario por miles de vehículos, con el consiguiente peligro de atropellos. Eso, en un punto de la avenida de Vigo, en Trascastillo, en el que coinciden dos postes en la zona peatonal que dificultan el tránsito de viandantes, lo que se agrava con la existencia de una barrera arquitectónica.

La asociación de vecinos de Olivares ha urgido al Ayuntamiento de Zamora a retirar los mástiles en ese punto concreto. Se trata de un palo de Telefónica y de una farola de alumbrado público, del Ayuntamiento de Zamora, que obstaculizan el paso peatonal, por lo que los transeúntes con mayores dificultades se ven obligados a invadir parte de uno de los dos carriles destinados a la circulación rodada.

Aquilino Pérez, presidente de la asociación de vecinos de Olivares, se hace eco del riesgo de accidentes, mientras observa que «las personas con discapacidad y las señoras que van con un carro de niños tienen menos reflejos» a la hora de evitar un percance en la carretera. A todo eso se añade la rapidez con la que circula un buen número de vehículos, lo que entraña un mayor riesgo, si bien en Trascastillo se ha instalado este verano un paso de cebra elevado que consigue aminorar la velocidad de los coches. Aún cuando su colocación es aplaudida por los vecinos, ese paso resulta insuficiente. Los vecinos reclaman otro entre la carretera de Alcañices y la entrada de la urbanización de Olivares, para evitar que se repitan los accidentes registrados en esa zona. «El último coche que se salió de la calzada por exceso de velocidad, hace dos años, rompió un semáforo, una farola, y la pared de una vivienda», recuerda Pérez.

La reivindicación de la avenida de Vigo no es nueva, sino que es una más en la lista de la asociación de vecinos pendiente de respuesta institucional. «Llevamos ocho años reiterando lo mismo en nuestros escritos, sin éxito», se lamenta Aquilino Pérez. Ahora, tras el cambio en el sillón de la Alcaldía, ocupada por Rosa Valdeón, el colectivo se muestra más confiado. Al menos, sí «existe un diálogo con la alcaldesa». El portavoz vecinal alava la «prontitud» con la que el Ayuntamiento ha actuado a la hora de resolver una de las peticiones formuladas desde la barriada, con la instalación de unos pivotes frente a la urbanización de Olivares para evitar el aparcamiento de coches, que dificultaba el acceso y restaba visibilidad, con lo que se generaba un «problema de seguridad».

Los vecinos reclaman, también, que se nivelen las aceras en la avenida de Vigo y que se rebajen bordillos. La existencia de barreras arquitectónicas es otro de los aspectos por los que el colectivo vecinal ha expresado su preocupación. En esa cuestión, el barrio de Olivares es un «desastre». «Primero pusieron las farolas y después se urbanizó». Así, el paseante se topa en un buen número de aceras, muchas estrechas, con farolas en medio. «Aunque este es un barrio pequeño, hay un número importante de calles con aceras por donde a la gente con problemas le resulta prácticamente imposible transitar».

A la eliminación de barreras se ha comprometido ya el Ayuntamiento de Zamora. «Nos dijeron que mirásemos los lugares más bochornosos para tenerlo en cuenta, porque modificar todo lo que está mal costaría mucho dinero», comenta Aquilino Pérez. El barrio de Olivares será, de hecho, uno de los primeros en beneficiarse de obras de mejora prometidas por la institución local, para antes de fin de año. Las actuaciones se fijarán en función de las necesidades transmitidas desde los barrios, como ha ocurrido ya en Pinilla.

Entre las reividicaciones del colectivo vecinal de Olivares destaca la urbanización de la calle de la Solana, que aún sigue de tierra, pese a que ya hace una década el Ayuntamiento prometió una intervención, que se ha ido demorando tanto que nunca se ha ejecutado.

Otras peticiones tienen que ver con un aumento del número de contenedores en las calles de Olivares, concretamente de vidrio, ya que sólo hay uno en todo el barrio. Los vecinos reclaman al menos otro cerca del bar de las Espadañas, para facilitar la tarea del reciclado de vidrio al negocio hostelero.