Matos y Soto echan el cierre en Zamora tras una vida de túnica y toga

"Dejamos García Casado y hace 26 años montamos el negocio. Nos ha ido muy bien, pero llega un momento que la edad te para"

Tienda de Matos y Soto.

Tienda de Matos y Soto. / ANA BURRIEZA

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Una túnica del Santo Entierro ha sido el último encargo recogido por Matos y Soto, uno de los lugares emblemáticos de la confección de vestuario para la Semana Santa, antes de cerrar el negocio. O de traspasarlo, si hay alguien que quiere quedarse con un negocio que va viento en popa, pero que requiere un "saber hacer" especial.

Matos y Soto son Javier Soto de 66 años y Juan Carlos Matos, de 78. "Nosotros venimos de la empresa García Casado. Entramos con 14 años. Yo estuve allí 26 años y él 38, cuenta Javier. "Estábamos los dos de dependientes". Juan Carlos acabó como decorador, era el que "ponía los escaparates de todas las tiendas". García Casado era una escuela donde se aprendía muy bien y cuando cerró, hace 26 años, fuimos los únicos que emprendimos un negocio propio de lo mismo que estábamos. Los demás compañeros, cada un buscó una profesión y una vida distinta".

Tienda de Matos y Soto en Zamora.

Tienda de Matos y Soto en Zamora. / ANA BURRIEZA

La experiencia adquirida en García Casado fue la base fundamental para emprender un negocio. "Cuando trabajamos allí veíamos todo lo que se hacía, las togas que se hacen para toda España. De hecho ahora tengo unos equipos académicos que se van a Méjico. Era un mundo del que conocíamos todo: desde los proveedores y los tejidos hasta la venta al público". Los últimos años, explica Soto, "yo compraba los tejidos, hacía los presupuestos y llevaba la sección de las togas".

Por tanto fue cerrar García Casado y "con mi compañero decidimos montar este negocio y afortunadamente nos ha funcionado muy bien. La prueba es que él tiene 78 años y sigue trabajando".

Entre sus clientes, media Zamora para salir en procesión, y medio mundo con las togas que han llevado personajes de la talla de Plácido Domingo o Lula da Silva cuando fueron nombrados doctores honoris causa por la Universidad de Salamanca. También el rector charro viste la toga de los zamoranos.

Tienda de Matos y Soto en Zamora.

Tienda de Matos y Soto en Zamora. / ANA BURRIEZA

La edad manda parar

"Esto es como un hijo que has criado desde pequeño y se ha hecho grande. Afortunadamente ha ido muy bien, no se ha marchado de las manos. Pero llega un momento que ha edad te dice que hay que parar. Con 76 años he cumplido ya con creces". Soto explica que "yo podría seguir pero es muchísimo trabajo para una persona sola y coger a alguien para enseñarle, a mis 66 años me tocaría trabajar más aun y no me puedo poner ni malo. Lo hablamos que fuera este el último año y de hecho antes de cerrar tenemos un montón de cosas que hacer para muchos clientes: túnicas, pendones, togas".

¿Los secretos para que un negocio vaya bien? "Yo, aunque sea falsa modestia, lo tengo claro: calidad, seriedad y siempre, siempre, hacer lo que se le ha dicho al cliente. Si se dice una calidad, no se puede cambiar. Y confeccionar con mucho mimo, antes de entregar algo tiene que estar perfecto. Y si hay algún problema decimos al cliente, no lo lleve porque ha quedado un poco corta, o larga, porque un fallo lo puede tener cualquiera, somos humanos".

Tienda de Matos y Soto en Zamora.

Tienda de Matos y Soto en Zamora. / ANA BURRIEZA

Las calidades, dice Soto, "no se diferencian en las tiendas, donde se notan es en la procesión. Hay mejores y peores calidades, sin desprestigiar a nadie, por supuesto, porque cada uno tiene su público y necesita tener esas calidades".

¿Tiene futuro un negocio que parece de los de antes?. "Él tiene dos hijos y yo otros dos. Ninguno está en el negocio, pero si alguno de mis hijos hubiera querido, claro que estaría aquí. Tiene futuro y tiene trabajo".

Tienda de Matos y Soto

Tienda de Matos y Soto / ANA BURRIEZA

Al Zara o al Primark

Con García Casado pasó "como con las sastrerías, la confección se ha impuesto, una confección muy barata, con calidades mucho más bajas. Pero la juventud lo que quiere es estrenar cada día una cosa. Una confección buena no se pueden permitir comprarla cada mes o casa dos meses. Para una prenda, se van a Zara, o al Primark a Valladolid porque si vas a una modista te va a salir más caro, pero las calidades no tienen nada que ver".

El textil en Zamora, "o te especializas y haces lo que no haga nadie, o futuro, futuro…Hay mucha gente que cose para ella misma, pero modistas modistas no hay tantas. Y la sastrería en Zamora ha desaparecido, actualmente no hay ninguna sastrería en Zamora en activo. Cuando alguien tiene una boda prefiere que le haga el traje una buena modista, claro".

Tienda de Matos y Soto.

Tienda de Matos y Soto. / ANA BURRIEZA

Atrás quedan aquellos tiempos de aprendices, un mundo que se fue y que describe Soto: "Empecé en García Casado con 14 años. Todos entrábamos de aprendices y nos juntábamos en la plaza de Sagasta: los de la Rosa de Oro, Emilio Prieto, los de Promoción de Ventas, de todos los comercios. Parecía un colegio, porque lo era en realidad, éramos críos de 14 años". Nunca, dice, "nos trataron mal, eso sí, eran exigentes y pasado el tiempo creo que nos vino muy bien. Entrabas lo primero barriendo a las ocho de la mañana, luego a llevar paquetes ibas aprendiendo y ya con una edad pasabas a ser ayudante, dependiente, dependiente mayor de 25 años y luego ya como uno más".

Matos y Soto "lo ponemos en traspaso y si alguien quiere cogerlo, que no sabemos, por trabajo no le va a faltar, eso se lo garantizamos".

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