Fin de las mascarillas: Tímido regreso a la normalidad en Zamora

Buena parte de los usuarios de transporte público se resiste a quitarse la mascarilla en el primer día sin obligatoriedad desde 2020

Usuarios del servicio de transporte público de Zamora durante la jornada de ayer.

Usuarios del servicio de transporte público de Zamora durante la jornada de ayer. / Jose Luis Fernández

Luis Garrido

Luis Garrido

Chicote acaba de dejar a un par de clientes en la parada de taxis de la plaza de Alemania. Los dos venían con mascarilla. Él, también. Todo esto, a pesar de que por la radio están analizando esta jornada en la que el transporte público vive libre de cubrebocas por primera vez desde principios de 2020. Por lo que a él respecta, seguirá utilizando este elemento mientras tenga personas dentro del coche. Los usuarios no estarán obligados a hacerlo. Algunos, ni tan siquiera cumplían con la norma hasta la fecha. Pero, que cada cual haga lo que considere oportuno. Eso es lo que realmente ha cambiado en las últimas horas. Y se celebra.

El Boletín Oficial del Estado ha publicado este miércoles la modificación del Real Decreto 286/2022 de 19 de abril para la eliminación de la obligatoriedad del uso de mascarillas en el transporte público. Lo ha hecho tras su aprobación el martes en el Consejo de Ministros, donde se justificó la decisión ante el “momento de enorme estabilidad en cuanto a la situación epidemiológica del coronavirus y su clara tendencia a la baja”. La disposición apunta a la “elevada tasa de vacunación alcanzada en España tanto en primovacunación como con las dosis de recuerdo”, a la que añade la “responsabilidad ciudadana en el cumplimiento de las medidas que eviten la transmisión del coronavirus”, como razones que “permiten plantear en este momento modificaciones en las estrategias de control de la epidemia”.

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Son las doce del mediodía y Asunción espera el autobús urbano que la lleve desde el centro al barrio del Espíritu Santo, el lugar donde vive. Está sentada bajo la marquesina sin la mascarilla puesta, pero con ella en la mano para ajustársela en el momento en que llegue su transporte. “La verdad, no sabría decir si me alegro o no me alegro”, reconoce. Por una parte, explica, cree que hay que recuperar la normalidad después de dos años de restricciones en un servicio que utiliza prácticamente a diario. Por el otro, tiene cierto miedo. “Soy asmática y el uso de la mascarilla me ha venido muy bien para evitar enfermedades respiratorias durante todo este tiempo; así que, por si acaso, yo voy a seguir usándola”, defiende esta vecina de la capital zamorana.

Dos mujeres, una con mascarilla y otra sin ella, en el interior de un autobús urbano. | Jose Luis Fernández

Dos mujeres, una con mascarilla y otra sin ella, en el interior de un autobús urbano. | Jose Luis Fernández / Luis Garrido

Cuando el autobús llega a la parada, sucede una absoluta división generacional. Las personas mayores portan todas mascarilla, mientras que las jóvenes prefieren quitársela. Entre estas últimas se encuentra Alicia, que reconoce que ya estaba un poco harta de tener que ir con la boca tapada tan solo en el transporte urbano. “Al final, lo que pasa es que tengo que estar todo el día pendiente de tener una mascarilla a mano cuando no la utilizo para nada más, era un rollo”, señala. Habla en un tiempo pasado que resulta palmario. Como si la mascarilla fuera cosa de otra época, de otro tiempo. Como si la norma no llevara apenas cuatro horas en vigor. “Por mi parte, dudo mucho que me la vuelva a poner”, señala.

El tren

El tren es otro de los transportes públicos donde la mascarilla ha dejado de ser obligatoria desde este pasado miércoles. Una medida de alivio para los zamoranos que son usuarios esporádicos y que, por falta de costumbre, se presentaban en la estación del barrio de Pantoja desprovistos del tapabocas. En estos casos, Renfe conminaba a los ciudadanos a acudir hasta el vagón cafetería, donde el personal repartía estas herramientas sanitarias. Un camino que ya no será necesario ejecutar, puesto que se puede viajar dirección Madrid o Galicia con la cara descubierta.

Además, del transporte público las mascarillas han dejado de ser obligatorias en ópticas, centros de audición y ortopedias. Por el contrario, se mantiene la obligatoriedad de su uso en centros y servicios sanitarios y en las oficinas de farmacia, así como en los botiquines. También en los centros sociosanitarios seguirán siendo obligatorias para las personas que trabajen en ellos siempre que estén en contacto con personas residentes y los visitantes cuando estén en zonas compartidas, así como en consultas odontológicas, de fisioterapia y otros centros de atención especializada, como los centros de reproducción asistida.

De vuelta al autobús urbano, Tránsito, jubilada, tiene claro que seguirá utilizando la mascarilla durante un tiempo prudencial. Al menos, dice, hasta que termine la temporada de gripe. “El año pasado estuvimos todos perfectos y eso fue por la mascarilla, así que en mi casa vamos a seguir poniéndola cuando bajemos en el autobús”, afirma. A su lado, María Ángeles asiente y aporta otra razón de peso. “Nosotras ya estamos en esa edad en la que vamos mucho a los hospitales y a los centros de salud, que son sitios donde puedes coger lo que no quieres, así que a mí me da igual dónde sea obligatorio y dónde no porque la voy a seguir usando”, apunta con una voz firme que sale de detrás de esa mascarilla.

El Gobierno de España ha decretado el fin de la obligatoriedad de llevar mascarilla en el transporte público. Una medida que, en Zamora, afecta principalmente al servicio de autobús urbano, aunque también a los coches de línea, a los taxis y al tren. En el primer día de aplicación de la medida, la división generacional es clara. Los jóvenes se han quitado en masa el cubrebocas, que por el contrario mantienen los más mayores. Estos últimos aguantarán, al menos, hasta que pase la temporada de la gripe. Respecto a los conductores, cada cual tiene su opinión. En líneas generales, el razonamiento es que ya era un buen momento de devolver cierta libertad a los usuarios, aunque todavía hay opiniones encontradas.

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