2015 está resultado un año realmente horrible para el Zamora C. F. El equipo ha cerrado el mes de enero con pleno de derrotas y es que tras perder ante la Cultural, Guijuelo y Guijuelo Valladolid B ayer volvía a caer en casa del Logroñés, equipo que aunque está en puestos de play-off no atravesaba su mejor momento. Lo cierto es que los rojiblancos fueron superiores durante la primera mitad en la que se adelantaron por mediación de Arkaitz, tras una gran jugada personal de Coque, pero tras el descanso el ataque zamorano se disipó y solo apareció con un disparo de Aarón en tiempo de añadido. Por contra, los de Carlos Pouso estuvieron mucho más acertados tras el descanso y Titi fue capaz de sellar dos goles en tan solo dos minutos y dar así la vuelta al marcador. El Zamora C. F intentó reaccionar pero ni los cambios realizados con todo el potencial ofensivo sobre el césped ni la superioridad numérica por la expulsión de Camochu sirvieron para sacar un empate. La mala fortuna fue tal que en la última jugada el Zamora al completó subió a rematar un córner a favor y en el rechace el Logroñés inició una contra que se culminó con un tanto de Iker Alegre a puerta vacía. Concluyó así un encuentro que se tuvo ganado durante muchos minutos aunque afortunadamente el resto de resultados de la jornada se enmendaron a tiempo y ni Astorga, ni Somozas ni Burgos consiguieron ganar en sus respectivos compromisos por lo que no adelantaron en la clasificación a los rojiblancos que, no obstante, continúan a dos puntos del puesto de promoción por lo que la victoria ante el Ferrol la próxima semana se presenta casi indispensable.

Probablemente, al igual que en los últimos compromisos, el Zamora mereció mejor suerte y es que no dio la impresión de que los zamoranos llegaran a Las Gaunas sin haber sumado en tres jornadas. Todo lo contrario. Parecía un bloque con confianza, muy bien situado en el campo, con dos líneas muy juntas para impedir los espacios a los locales, con claridad de ideas con el balón y certeros a la hora de elegir al jugador adecuado. Que Salva, paradón de Miguel, avisara con un tiro desde 30 metros fue un anticipo de lo que se vería minutos después. Un Zamora sobrio y seguro en la zaga, además de vertical y peligroso en ataque.

Coque recogió un balón tras un saque de banda, lo bajó al piso, gambeteó dentro del área y sobre la línea para zafarse de cuantos rivales le salían al paso, se acercó a Miguel y asistió a Arkaitz. El 'pichichi' del Zamora se topó con la espalda de Sergio Martínez, que a la desesperada se lanzó para evitar el gol, pero el rechace le vino de nuevo a Arkaitz, que, ahora sí, marcaba el 0-1. Un gol que obedecía a la mejor colocación y brillantez de los rojiblancos.

Un tanto que dejó tocado al U. D. Logroñés, sin frescura ni chispa en las piernas, bloqueado, sin fluidez en la circulación, como zombis en ataque y sin reacción. Los de Roberto Aguirre, por su parte, estaban comodísimos en un terreno de juego inestable e irregular. Muestra de ello fue que Rodri tuvo el segundo con un remate de cabeza que Miguel despejó con una mano milagrosa dando muestra de sus buenos reflejos. Debía haber sido la sentencia. De los hombres de Carlos Pouso no había noticias. Si acaso dos lanzamientos de Iker Alegre y Menudo pasada la media hora de encuentro. Se podía intuir agitación tras el descanso. La hubo, pero más por empuje que por juego. Cierto que los dos cambios, sobre todo la entrada en el campo de Joel Valencia, puso más dinamismo en el ataque blanquirrojo, aunque sin que Miguel viera peligrar su portería.

Sin embargo, el fútbol, caprichoso, fue cruel con el Zamora que en dos momentos vio como el 0-1 se transformó en un 2-1. Primero tras un córner y un despeje de aquellas maneras, la pelota le llegó a Iker Alegre, que, desde la izquierda centró, Miguel tocó hacia atrás y Titi, con la caña, empató la contienda. Y, acto seguido, tras un despeje, Titi forcejeó con Garretas, el extremo le ganó la partida al central para encarar a Miguel, regatearlo y marcar a puerta vacía.

El golpe de efecto de los blanquirrojos fue de impresión. El Zamora, unos minutos después, vio como el mazazo se podía empezar a digerir cuando Camochu fue expulsado por roja directa por un codazao a Kurbus. El UD Logroñés dio un paso atrás, cedió la iniciativa a los zamoranos y esperaron para salir a la contra. Roberto Aguirre agotó las sustituciones, quitó a los dos centrales y retrasó la posición de Cristian, además de adaptar a Prada al centro de la zaga.

Los zamoranos lo intentaron, cercaron a los riojanos, jugaron los minutos finales en campo ajeno, pero sin generar ocasiones de gol. Todo centros y envíos, así como algún que otro tiro lejano, que favorecían a una defensa local que acumuló efectivos. Por si fuera poco, en el último córner a favor el portero Miguel subió a la desesperada, pero la contra acabó con gol de Iker Alegre después de que Joel Valencia, con todo a favor, no pudiera marcar, en primera instancia, gracias a la pericia de un defensor rojiblanco. Sin embargo, el balón favorecía al ecuatoriano que cedió para Iker Alegre pusiera el 3-1 definitivo. Una derrota que se pudo evitar y de la que debe aprender el Zamora si quiere recuperar la tranquilidad en mitad de la tabla.