El utensilio secreto de la puerta de la lavadora que deja la ropa como recién comprada

La lavadora es uno de los electrodomésticos que más expuestos están a la humedad y, por tanto, a la posibilidad de que se genere moho en su interior o en alguno de sus elementos, como el cajetín del detergente, el tambor o la goma de la lavadora. Este último, de hecho, es uno de los puntos que más suciedad acumula en la lavadora: los constantes lavados, el detergente y una mala ventilación son factores determinantes para que se acumulen los desperdicios y aparezcan las temidas y peligrosas manchas de humedad.

Y es que, si no se realiza una correcta y adecuada limpieza de la lavadora, no sólo nos exponemos a que ésta se estropee antes, sino a que esa suciedad se traslade de alguna forma a nuestra ropa y, sobre todo, a que provoque malos olores que podrían también trasladarse a las prendas que se lavan en su interior.

Para evitar que esto ocurra es imprescindible mantener lo más seco posible el tambor de este electrodoméstico y, para ello, nada mejor y más fácil que aplicar un par de trucos caseros que nos ayudarán a mantener a raya el moho y la humedad:

• pasar un trapo limpio y seco por la goma de la lavadora después de cada lavado
• dejar la puerta del tambor abierta tras cada uso

Sin embargo, muchas veces, aún a pesar de poner en práctica estos dos sencillos trucos, la goma de la lavadora, uno de los lugares donde es más fácil que se acumule suciedad y donde más sencillo es verla, aparece manchada y con tonos pardos. En este caso, puedes optar por atacar directamente esos cúmulos de porquería con la ayuda de un limpiador antigrasa. El producto resulta muy efectivo para acabar con esos depósitos de suciedad pero, por contra, es muy agresivo con la goma y podría llegar a deteriorarla rápidamente.

Botón secreto

Hay una función muy especial de la lavadora, con un pequeño botón que está presente en todos los modelos disponibles. ¿Qué otra cosa puedes hacer sino probarlo ahora y evitar comprar una secadora? Una vez finalizado el ciclo de lavado, abra la puerta y añada una toalla gruesa y seca. Inmediatamente después de cerrar la puerta, pulse el botón de "centrifugado" a la máxima potencia disponible de su electrodoméstico.

La toalla absorberá toda la humedad de la ropa, mientras que la centrifugadora la hará girar lentamente. Los expertos aconsejan no llenar demasiado la lavadora, ya que cuanta menos ropa haya, mayor será la capacidad de secado con este truco. Una vez finalizado el ciclo, coge la ropa y cuélgala inmediatamente en un tendedero en el porche (mejor aún si hace sol) o en la casa, lejos de los radiadores. En unos minutos, la ropa estará seca y lista para usar.