Entrevista | Álvaro Martín Guía turístico en París

«En el turismo creo que Toro está muy poco explotado para lo que debería»

«Aunque te desarrollas más como persona y abres la mente, vivir fuera de tu país y de tu gente es bastante complicado y no es fácil»

Álvaro Martín posando en París.

Álvaro Martín posando en París. / Cedida.

Irene Alfageme

La riqueza monumental y de patrimonio es algo que caracteriza a la ciudad de Doña Elvira: a Toro; un municipio que muchas veces no se valora como merece. «Pienso que los propios toresanos no lo valoramos lo suficiente: no sabemos la riqueza, ni el pasado y legado que tenemos», afirma Álvaro Martín, guía turístico que está trabajando actualmente en París. El joven toresano, a pesar de querer mucho a su pueblo natal, afirma querer vivir experiencias fuera del país, tanto por el mero hecho de hacerlo, como por el sistema laboral de España. Martín piensa que es muy difícil quedarse a trabajar en Toro, aunque, de su profesión sí que hay oportunidades: «no descarto en absoluto que en el futuro pueda volver cuando mi cuerpo no me pida salir», manifiesta el joven; aunque, como señala, todo depende del salario que vaya a cobrar.

–Es natural de Toro, ¿por qué decidió irse a otro país en busca de trabajo?

–La gente que me conoce sabe que yo siempre he sido muy inquieto, que nunca he parado y que, prácticamente, desde los 18 años ya estaba viajando. Aunque duela decirlo, para mí Toro siempre se me ha quedado un poco pequeño, a pesar de lo toresano que soy. Mi mente siempre ha buscado más lugares fuera y vivir lejos, ya que siempre hay tiempo para volver. Nunca me he puesto ninguna barrera, sino todo lo contrario: siempre he buscado vivir fuera de Toro y fuera de España. Creo que una de las cosas que más me han condicionado es el propio sistema laboral que tiene el país.

–Actualmente, está en París...

–Sí, soy guía turístico y trabajo como autónomo. Hago visitas guiadas por el centro de la ciudad, por Versalles y el palacio, por el barrio Latino, la zona cerca de la Torre Eiffel…

–¿Cómo le surgió la oportunidad?

–Antes de la pandemia estuve trabajando en el Disney de Orlando, en Estados Unidos. Allí hacía un poco de todo, pero también de guía para orientar a la gente dentro del parque. En Toro, mi pueblo, también he trabajado de ello, en el Museo de Morales de Toro o en Divina Proporción. Tras la pandemia, resurgió el turismo y yo tenía bastante claro que, de nuevo, mi propio cuerpo me pedía salir otra vez de España, fuese donde fuese. En ese momento, eché currículums para trabajar de guía turístico en diferentes países, y me ofrecieron Holanda y París. Decidí París y ha sido una de las mejores decisiones de mi vida, porque ahora mismo estoy súper contento aquí. No me quiero ir y la verdad es que esta ciudad me ha enganchado bastante.

–En un pueblo como Toro, con gran riqueza monumental, ¿no ha pensado en dedicarse a ello allí?

–Sí, lo he pensado en varias ocasiones y lo he hecho. Comencé a trabajar de alguna forma en Toro con las prácticas en la Oficina de Turismo en las Edades del Hombre del 2016. Ahí empecé a hacer visitas guiadas por la Plaza de Toros, por la Bodega del Ayuntamiento … y, poco a poco, me picó el gusanillo. Pasado un tiempo me fui fuera, pero volví y siempre he estado muy contento trabajando en Toro.

–¿Cómo cree que está Toro en materia turística?

–Creo que Toro está muy poco explotado para lo que debería de estarlo. Yo, personalmente, siempre he valorado a Toro y a su patrimonio; siempre he hecho bastante por intentar estar en Toro y promocionar su historia y su patrimonio. Pertenezco a la Asociación Cultural Cermeña y, desde allí, hemos hecho bastantes visitas guiadas por Toro de forma completamente voluntaria. Ahora estoy más lejos de mi pueblo, pero promocionar su riqueza es algo que nace de mí: del amor y del cariño que le he tenido y le seguiré teniendo. En muchas ocasiones, creo que es la propia ciudadanía la que debería empezar a querer conocer más su patrimonio y valorarlo, y darse cuenta del pedazo de lugar que tenemos. Pienso que los propios toresanos no lo valoramos lo suficiente: no sabemos la riqueza, ni el pasado y legado que tenemos. Yo siempre intento que la gente lo vea a través de las visitas guiadas que he hecho por Toro. Desde aquí, animo a la gente que vea y que estudie un poquito más sobre Toro porque es increíble; estoy convencido de que es uno de los lugares más importantes que tiene, ya no sólo Zamora y Castilla y León, sino España entera.

"Siempre intento promocionar la riqueza y el legado de mi pueblo"

–Hablando de empleo, ¿piensa que hay oportunidad para poder quedarse? 

–Creo que es muy difícil quedarse, ya que, la despoblación en Toro y en Castilla y León en general es bastante contundente. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que nuestra comunidad es una de las que más despoblación está teniendo, pero no hacemos nada para cambiarlo; somos nosotros mismos los que seguimos haciendo que las cosas no cambien. Es verdad que tenemos las ideas, pero no hacemos nada por cambiarlo, a diferencia de en otros lugares que salen a la calle. Nosotros seguimos igual que hace 40 años y parece que no buscamos solución para ello. Ahí creo que viene parte del problema y por lo que mucha gente se va. Si hablo de mi trabajo en concreto sí que hay oportunidades laborales; yo conseguí trabajo en Toro de esto y no descarto en absoluto que en el futuro pueda volver cuando mi cuerpo no me pida salir, viajar, conocer …, pero todo depende del salario que vaya a cobrar.

–¿Y en España?

–Creo que sí que ha mejorado un poco, pero todavía nos queda bastante por resolver. Yo por ejemplo que actualmente estoy en Francia sí que veo que hay un sistema laboral bastante más fuerte, más estructurado, y creo que España sí que está yendo por el camino para conseguirlo, pero queda bastante.

–En su nueva etapa fuera de España, se habrá enfrentado a muchos desafíos… 

–Vivir fuera de tu país y de tu gente no es fácil. Si que es verdad que da grandes virtudes, ya que ayuda a desarrollarte como persona, a crecer y a abrir la mente, pero es bastante complicado. Muchas veces lo romantizamos, pero la verdad es que es difícil. Uno de los grandes desafíos a los que me he enfrentado es el idioma, y el otro es la paz y estabilidad mental. Cuando nos vamos fuera, de alguna forma, pasas a tener dos casas, a sentir que tienes dos hogares. Para mí, Toro, a pesar de estar fuera, siempre será mi hogar.