La transformación de un carro de vendimia en Toro, paso a paso

La decoración de los carruajes que participan en el tradicional desfile del domingo arranca casi un mes antes del inicio de la fiesta

Un grupo de toresanos, junto con el carruaje, en el desfile de una edición festiva anterior. | Cedida

Un grupo de toresanos, junto con el carruaje, en el desfile de una edición festiva anterior. | Cedida

Irene Alfageme

Los cestos o capazos, las uvas, racimos, el vinotodo ello característico de la temporada de vendimia, es decir, de la campaña de recolección de uva de las cepas.

Antiguamente, en las jornadas de vendimia, los jornaleros se despertaban al salir el sol e iban con su carruaje, tirado por un burro, en busca de las viñas para comenzar la recolección de la uva. Durante el recorrido, los trabajadores viajaban subidos en el carro, en el que depositaban sus materiales de trabajo y almuerzo variado para pasar la jornada.

La estampa descrita puede verse representada el domingo 15 de octubre en Toro, ya que celebra el tradicional desfile de carros engalanados a la antigua usanza; aunque, en este caso, también están acompañados de música y bailes regionales. Un día en el que miles de personas pasan por la localidad y disfrutan de un día tan especial para todos los toresanos.

Pero, toda la decoración de los carros tiene su proceso, y es que, entre 20 o 30 días previos al del desfile, los grupos de toresanos que salen tienen que preparar todo lo necesario para que sus carruajes queden engalanados como si en una jornada laboral de vendimia estuvieran.

El proceso de decoración y poner a punto el carro suele durar 20 o 25 días aproximadamente, ya que, como asegura un joven toresano que lleva saliendo desde que era pequeño en el desfile, "hay que irlo regando poco a poco para que la madera se vaya poniendo fuerte y vaya cogiendo forma".

Antes de comenzar la decoración en sí, es importante que la madera esté fuerte e incluso barnizarla, en caso de que lo necesite; y, una vez que esta fase del proceso acabe, comienza la decoración.

Un carruaje cargado de cestos preparados para ser adornados antes del desfile. | Cedida

Un carruaje cargado de cestos preparados para ser adornados antes del desfile. | Cedida

Durante esta segunda etapa, se pueden colocar varios elementos decorativos, aunque, según indica un grupo de jóvenes toresanos, "los canastos son los elementos más importantes".

En las cestas, estos jóvenes colocan uvas que ellos mismos van a recoger a los viñedos que uno de los jóvenes tiene. "Un día vamos a un viñedo que tiene uno de nosotros, recogemos algunas uvas a mano y son las que ponemos dentro de los canastos", narran.

Además, los carruajes también se decoran con hojas de las viñas, que también recogen ellos mismos, complementándolo con diversos alimentos como: calabazas, cebollas, pimientos, etc., es decir, alimentos que ahora sirven de decoración, pero que antiguamente los utilizaban para la comida de la jornada laboral.

Del mismo modo, es importante tener en cuenta el animal. "Hay que tener un animal que sea lo más manso posible para que no se asuste y vaya acorde con el carro", afirma un toresano que lleva toda la vida en este mundo.

Es importante, según detalla, tener a los animales bien preparados días antes del desfile, para que no haya ningún problema y salga todo bien. Y es que el proceso de preparación de un carro no sólo es la decoración, sino también el cuidado del animal que tira del carruaje y la preparación de los arreos, es decir, de las correas y objetos varios que se utilizan para enganchar el animal al carro.

Una vez que eso se tiene a punto, el resto de la decoración se prepara días previos al desfile, ya que, si se recogen las uvas mucho tiempo antes, se pondrían malas, al igual que lo que pasa con el resto de la fruta o alimentos.

Tradición familiar

Muchos de los carros que se pueden ver en el desfile son de tradición familiar. "Llevamos prácticamente toda la vida saliendo en el desfile de carros. Yo desde pequeño y mi padre también", recalca un joven toresano.

En otros casos, el carro forma parte de una familia que antes sí que salía, pero actualmente ya no lo hace; por ello, el carruaje lo sacan sus descendientes. En un caso u otro, los diversos grupos de toresanos que salen a desfilar por las calles de la ciudad el domingo tienen el mismo objetivo: disfrutar, todos juntos, de ese día, compartiendo comida y bebida entre todos los asistentes.

En el desfile no sólo salen los carros engalanados tirados por el animal, también son protagonistas todas aquellas personas que salen vestidas con prendas como si de vendimiadores se trataran.

Dos carros engalanados en el desfile celebrado en una edición anterior de las fiestas

Dos carros engalanados en el desfile celebrado en una edición anterior de las fiestas / Cedida

Una boina, chaleco, camisa de cuadros, camisas blancas, pañuelos sobre el cabello, y alguna que otra bota de vino también están presentes en un desfile que atrae a miles de personas para recordar lo que antiguamente era el día a día de los jornaleros de la vendimia.

Y es que, como dice el refrán: "Hasta lavar los cestos, todo es vendimia", por lo que los toresanos y visitantes podrán seguir disfrutando de la esta fiesta hasta que finalmente decidan poner a lavar los cestos.

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