El agua de Toro, libre de arsénico tras la puesta en marcha de la potabilizadora

Los toresanos ya pueden abrir el grifo y servirse un vaso de agua, un gesto tan sencillo en el primer mundo, pero que llevaban más de seis meses sin poder llevar a cabo en sus casas. Ayer, 30 de junio, se puso en marcha la nueva potabilizadora que elimina el arsénico de la red de abastecimiento domiciliario y el alcalde, Rafael González Franco, publicaba por la tarde el bando en el que cesaba la prohibición de consumo de agua.

La potabilizadora había funcionado en fase de pruebas en los días previos y los técnicos de Sanidad de la Junta de Castilla y León certificaron que el agua que sale de las instalaciones no lleva niveles altos de arsénico y que su calidad es apta para el consumo humano.

No obstante, tanto el Ayuntamiento como la Junta, en una reunión mantenida ayer entre el alcalde y la delegada territorial, Leticia García Sánchez, han acordado que estarán "continuamente vigilando" los parámetros de los distintos componentes geológicos del agua en Toro, que procede de una captación de sondeo.

"Vamos a ser muy estrictos en el control de las aguas, es un tema de sanidad pública que nos afecta a todos con independencia del color político, creo que los 9.000 habitantes de Toro se merecen un control sanitario del agua muy estricto", prometía ayer el alcalde.

"La única ideología que en los próximos cuatro años nos debe importar es Toro"

Además, el Ayuntamiento y la Junta estudiarán una solución a largo plazo a los problemas de agua en el municipio, consistente en una captación para tomar agua del río Duero, que suele tener mayor calidad que la del subsuelo, además de poder aportar mayor caudal. "Con independencia de quién sea el alcalde de Toro el día de mañana, hay que buscar una solución que valga no solo para dentro de cinco años, sino para los próximos 50 o 100 años", aseveró el regidor toresano.

Con la reunión de ayer entre Rafael González y Leticia García se abría "una fase de constante colaboración y contacto constante y reiterado" entre la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Toro "no ya solo en el ámbito sanitario, sino en todos los órdenes que puedan afectar a los toresanos", en palabras del nuevo alcalde de la ciudad, que agradeció a la delegada territorial que la Junta "nos va a prestar toda la ayuda necesaria en aquello que necesitemos y demandemos".

En el trascurso de la reunión ambos mandatarios abordaron diversos temas de colaboración entre la Junta y el propio Ayuntamiento, además de la potabilización del agua, como temas medioambientales o la futura remodelación de la plaza de Santa Marina. Por eso, en la reunión también estuvieron presentes los jefes de servicio de Sanidad, de Medio Ambiente y de Cultura, entre otros.

Nueva ETAP de Santa Catalina

Por la tarde fue el nuevo presidente de la Diputación, Javier Faúndez Domínguez, quien se desplazaba a Toro para asistir, junto al alcalde y otros miembros de la Corporación Municipal, a la puesta en marcha de la nueva estación de tratamiento de agua potable (ETAP) que se ha instalado junto al depósito de Santa Catalina.

La institución provincial ha aportado los 100.000 euros solicitados por el Ayuntamiento de Toro para la construcción de las instalaciones, cuya inversión total ascendió a 440.000 euros.

Además, el Área de Medio Ambiente de la Diputación aportó una solución urgente e inmediata a los problemas de potabilidad del agua con la instalación de tres potabilizadoras portátiles en distintos puntos de la ciudad para que los toresanos pudieran abastecerse de agua apta para el consumo humano mientras se construía la nueva ETAP, inaugurada ayer.

A esta medida se sumó el envío de un camión de suministro de agua embotellada con 1.000 garrafas de 10 litros cada una en los primeros momentos. Durante estos meses se ha seguido repartiendo agua embotellada a personas con problemas de movilidad que no podían desplazarse a las potabilizadoras portátiles para rellenar sus garrafas.

Con la puesta en marcha de la potabilizadora Toro dice adiós a los problemas por los elevados niveles de arsénico que comenzaron a principios de diciembre de 2022.

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