El profesor de Historia del Derecho y de las Instituciones en la Universidad de Salamanca, Javier Infante Miguel-Motta estuvo en Toro durante la tarde-noche del viernes para impartir una conferencia titulada "La Constitución española de 1978, una perspectiva crítica".

La charla, que estaba incluida dentro del ciclo de conferencias sobre la Carta Magna de 1978 que ha organizado la asociación para la promoción de la Cultura en Toro y Comarca ProCulTo, constó de tres apartados: unas consideraciones previas sobre la Constitución, una caracterización crítica sobre la misma y la "imprescindible" cuestión de su reforma, a juicio del profesor Infante.

Javier Infante comenzó introduciendo al público en la materia, definiendo a la Constitución española de 1978 como un "acto político" y no sólo como un asunto jurídico. Infante aseguró que es "rarísimo" encontrar un enfoque crítico sobre la Constitución anterior al año 2000.

"La Constitución de 1978 para mi es un claroscuro, es incomprensible sin el fenómeno político de la Transición y es un producto de esta", expresaba Infante. Según el conferenciante, el sistema político democrático emanado de la época de la Transición está en inmerso en una crisis a la que la Constitución no es ajena.

Los "oscuros"

Los "oscuros" de la Carta Magna promulgada en 1978 son, para el profesor Infante, una concepción indisoluble "muy rígida" de la nación española, el "tratamiento ambiguo" de las regiones y nacionalidades españolas, un artículo 8 que "da mucha cancha al ejército" en el terreno constitucional, la aconfesionalidad del Estado, "que pega un guiño intencionado" a la Iglesia Católica o la inviolabilidad jurídica del monarca español. Infante añadió, además, a estos "oscuros" el procedimiento "especialísimamente dificultoso" para reformar la Constitución, sobre todo, en los ámbitos de su Título Preliminar, el capítulo de los derechos de los ciudadanos y el dedicado a la Corona.

En contraposición, Javier Infante expuso también los que para él son los "claros" de la Carta Magna, como la consagración del Estado de bienestar o Estado social y democrático de Derecho.