Opinión

Sobre el itinerario del éxito

La constancia, la perseveración en toda la ejecución del proceso, es lo que le va a dar un valor añadido

Ilustración

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Incertidumbre, inquietud, expectativas varias, desconcierto etc., son estados de ánimo muy comunes en el lenguaje actual. Es un tiempo de grandes cambios en los que el individuo puede fácilmente presentar ciertas y puntuales crisis a lo largo de su itinerario.

No es difícil encontrarse con jóvenes, adolescentes, parejas especialmente en sus primeros años, que de forma casi permanente estén haciendo o diseñando proyectos nuevos, que al poco tiempo tienen que revisar desde una actitud de frustración o cansancio.

Todo ello que impresiona impuesto por lo incierto de las circunstancias actuales y sus cambios, en el fondo puede suponer al final una trampa en la que es fácil caer, y que puede ocasionar un anormal retraso en el logro de nuestros objetivos.

Hemos pues de observar cierta disciplina en el camino hacia el éxito, significando éste el posible logro de nuestros deseos, que obviamente han de ser viables.

Para su logro, primero hemos de realizar un esfuerzo intelectual, para que elijamos aquello más lógico, y coherente con nuestra cultura, capacidades, habilidades, facilidad de ejecución, etc.

Esto significa que si aspiramos serenamente a conseguir algo, hemos de partir de una profunda reflexión sobre todo aquello que deseemos, en función de nuestras necesidades, pero en la misma reflexión, excluir aquellos deseos no viables objetivamente.

Me quiero ir de casa, he oído decir a muchos jóvenes, es un deseo al que tienen derecho a aspirar, pero si no encuentran posibilidades de mantener una casa propia, están cronificando una frustración. De esta forma se instalan en la queja y al final se terminan rindiendo. Esto es lo que nos tenemos que prohibir

Me quiero ir de casa, he oído decir a muchos jóvenes, es un deseo al que tienen derecho a aspirar, pero si no encuentran posibilidades de mantener una casa propia, están cronificando una frustración. De esta forma se instalan en la queja y al final se terminan rindiendo. Esto es lo que nos tenemos que prohibir.

Elegido el objetivo, comprar o alquilar una vivienda, un coche, etc., como su elección ha supuesto una previa reflexión madura, el primer compromiso es el de no revisar el objetivo señalado, hemos de luchar por él, de identificarnos con él, pues ello nos proporciona mayor grado de seguridad, además de la exclusión de cualquier alter.

El siguiente paso en el tránsito hasta el éxito, es la elaboración de una prudente estrategia, o la elección de un claro itinerario. Un camino en el que se señalen todos los incidentes posibles, así como las fórmulas de su superación.

Es esencial creer en él, sentirle como el mejor de los posibles, renunciar a la fatiga, a los sentimientos negativos de impotencia o fracaso, pues el proceso vio la luz después de un periodo de reflexión, en el que concluimos con la elección de aquellas posibilidades que de forma objetiva, respondían mejor a nuestros deseos y capacidades.

Ni que decir tiene que el mapa de la estrategia dependerá del objetivo a conseguir. Nada tiene que ver, el recorrido del que desea ser taxista, del que se propone cultivar un huerto. Han elegido el mismo final del camino, después de excluir otros muchos, han tenido en cuenta sus capacidades, y posibilidades del medio, han reflexionado sobre los soportes y ayudas posibles, sobre el mercado y el consumo del servicio, todo ello los ha enamorado, les ha dado fe en ellos mismos, luchan por ello, todas posibles dudas tienen solución.

La constancia, la perseveración en toda la ejecución del proceso, es lo que le va a dar un valor añadido, primero porque incrementa lentamente nuestra seguridad, nuestra motivación por el mayor grado de rendimiento del esfuerzo, a la vez que evita una posible dispersión o desorden, que haría baldío parte del esfuerzo.

Yo tengo contacto con muchos estudiantes de bachiller, universitarios, opositores, además de con parados que luchan por un puesto de trabajo, podemos resumir en dos, las fórmulas de petición de ayuda. Aquellos que acuden porque entienden que pueden rendir más, y no saben cómo conseguirlo, y otros porque no saben si seguir con el proceso, les asaltan las dudas por diferentes motivos, acarician otras alternativas, esto supone una importante merma de seguridad.

Es fácil entender lo que ocurre, los del primer grupo siempre llegarán, siempre lo conseguirán, desean ser, luchan por conseguirlo, porque su esfuerzo sea rentable. Tienen un rumbo fijo, no dudan se trata del camino apropiado.

Los del segundo grupo es difícil, por no decir imposible, que lo consigan, les falta la seguridad, y con ello la motivación, dudan, están perdiendo energía, introducen alternativas nuevas y se dispersan, se desorientan, han abandonado su propio y específico itinerario, y al final aunque anden mucho, al hacerlo en un sentido inadecuado no llegaran a ningún.

Como conclusión, en todo proyecto que implica la consecución de un bien, (éxito), ha de conjugarse para hacerlo posible una serie de variables. Objetivo claramente definido, estrategia correctamente elaborada, renuncia de cualquier revisión del objetivo, –pues fue fruto de un proceso profundo, incluso doloroso de reflexión–, y perseveración y constancia. No hay cansancio, fatiga, dispersión o fantasía de otras alternativas.

Comentaba con un agricultor hace unas semanas, y me decía, la siembra es algo cotidiano y periódico, que no ofrece ninguna dificultad en términos generales, pero si nuestro objetivo es el de conseguir la mejor cosecha, hemos de realizar un plan previo que implique: tipo de terreno, no todo es acto para todo tipo de cultivo, preparación del mismo, cultivo y abono adecuados, elección de simiente, terreno en el momento óptimo de tempero para acoger con garantías el grano, cuidados en el nacimiento y desarrollo del tallo, etc., lo normal con esta estrategia, es que la cosecha siempre sea buena, de no intervenir fenómenos naturales.

Que este sea nuestro referente, elijamos el terreno, el apropiado, le abonemos con ilusión y esfuerzo, cultivémoslo con solidaridad y constancia, al final la cosecha será buena.

(*) Médico psiquiatra

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