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Preguntas científicas (II): ¿El alcohol quita la resaca?

Esta aparente solución de seguir bebiendo lo único que hace es retrasar las consecuencias

Jóvenes tras un botellón

Jóvenes tras un botellón

Es habitual que durante las sesiones de una materia de ámbito científico como Física y Química los alumnos muestren su curiosidad en diversos aspectos de la vida cotidiana que llaman su atención. Así, en muchas ocasiones, cuando su timidez se lo permite, realizan preguntas llamativas y que resultan de gran interés. En una de estas ocasiones, un alumno de 17 años durante una sesión de Química Orgánica preguntó: ¿el alcohol quita la resaca?

Probablemente habrás despertado un domingo deseando no haber bebido tanto y no haber tomado aquella última copa la noche anterior. Es más, seguro has pronunciado la célebre sentencia: "¡no vuelvo a beber más!". La resaca, ese estado caracterizado por dolor de cabeza intenso, sequedad de piel y boca e, incluso, temblores en casos excesivos, es la peor parte de la fiesta. Muchos intentan evitar todos estos efectos de la resaca mediante diferentes métodos. Entre ellos, destaca la hipótesis de que beber más alcohol quita la resaca. Podríamos pensar que un clavo saca otro clavo, pero no es tan sencillo en este caso. Ningún estudio ha demostrado que beber alcohol quite la resaca, pero hay mecanismos que explican por qué puede aliviarla en cierta medida.

Las causas de la resaca todavía no se conocen por completo. La más popular es que beber alcohol causa deshidratación. Ciertamente, el consumo de alcohol aumenta la producción de orina puesto que el etanol inhibe una hormona antidiurética llamada vasopresina. No obstante, aunque la deshidratación explica algunos de los síntomas de una resaca, hay otros factores en juego. Así, si bien la deshidratación no es la causa de la resaca es una consecuencia del consumo excesivo y puede desencadenar síntomas como el dolor de cabeza.

La hipótesis más plausible es que la mayor parte de los síntomas de la resaca resultan de la acumulación de un compuesto tóxico para nuestro organismo llamado acetaldehído. La mayoría del alcohol que ingerimos (etanol) se metaboliza en el hígado y el primer subproducto de ese proceso es el acetaldehído. En general, con una ingesta moderada, rápidamente el hígado lo convierte en otros productos que finalmente se eliminan.

Si el consumo es excesivo, el hígado no da abasto y empieza a acumular acetaldehído, lo que produce síntomas como sudoración, enrojecimiento de la piel, náuseas y vómitos

Pero si el consumo es excesivo, el hígado no da abasto y empieza a acumular acetaldehído, lo que produce síntomas como sudoración, enrojecimiento de la piel, náuseas y vómitos. Además, el alcohol combina el etanol con otros compuestos químicos perjudiciales para el ser humano y de bajo coste, como el metanol que se encuentra como congénere en algunas bebidas y su metabolismo produce formaldehído, que es muy tóxico y responsable de que se produzcan vómitos, desorientación, dolor abdominal, y, en casos graves, coma, convulsiones y ceguera.

La creencia popular de que consumir más alcohol disminuye los efectos de la resaca probablemente tenga su origen en una hipótesis que sostiene que la resaca se puede asociar a una especie de síndrome de abstinencia agudo. Esto es peligroso porque beber para aliviar la resaca puede ser un reforzador y conducir a la dependencia. Beber más provoca que disminuya la conciencia de los síntomas de la resaca, pero no resuelve los problemas fisiológicos subyacentes y, por supuesto, puede llevar a otra resaca. Es decir, el efecto euforizante y anestésico inicial del alcohol provoca una sensación que hace percibir que la resaca es menos intensa. Técnicamente, la mejoría está relacionada con el metabolismo del metanol y su mencionado producto, el formaldehído. El aporte de etanol durante la resaca (cuando se vuelve a consumir alcohol), implica que el metabolismo al comenzar a degradarlo retrase la degradación del metanol y pare por un tiempo su consecuente toxicidad. Sin embargo, esta aparente solución de seguir bebiendo lo único que hace es retrasar las consecuencias pues al consumir más alcohol se incorpora nuevamente metanol al organismo.

El consumo de más alcohol no evita la resaca. De hecho, cuanto mayor sea la cantidad de alcohol consumida, aunque pospuestos, peor serán los síntomas la resaca.

(*) Profesor de Física y Analista de Datos

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