Zamoreando

Por rotular en castellano

Nos acusan constantemente de catalanofobia y de que les robamos

OPINIÓN

OPINIÓN

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Desde la otra orilla donde se sitúa el independentismo catalán, nos acusan constantemente de catalanofobia, como si eso fuera una realidad incuestionable. No es verdad. Se nos podrá acusar a muchos españoles de antiseparatistas, porque creemos en la unidad de España, y porque no estamos dispuestos a ceder. Ocurre que el separatismo más beligerante está en Cataluña de ahí que confundan los términos. Confieso que hablo una "miqueta" el catalán y que además lo hago con un acento envidiable. En alguna ocasión incluso he llegado a practicarlo, no me avergüenzo de ello, pero no por eso voy a dejar de decir lo que pienso sobre los que conatantemente nos acusan de catalanofobia y de que les robamos. Como empiece a echar cuentas algunos tendrían que meterse bajo tierra.

Mi capacidad para sorprenderme empieza a verse reducida. De ahí que tampoco me cause mucha sorpresa enterarme de que la Generalitat (en catalán) de Cataluña haya multado a un comercio por rotular en castellano. A eso le llamo yo persecución. A eso le llamo yo, acoso. Las gentes que hablan castellano en Cataluña lo tienen crudo, muy crudo. Si empezamos a recapitular, si se me permite esta expresión tan televisiva, muchos de los ídolos, por ejemplo del deporte en Cataluña, tienen apellidos inequívocamente andaluces, castellanos o gallegos. Ocurre que algunos se "mimetizan" con el entorno independentista y acaban convertidos en furibundos defensores, ¿de qué? ¿del apartheid que ellos mismos propugnan?

Lo curioso del caso es que mientras la Generalitat echa los perros al establecimiento a cuyo propietario se le ocurrió rotular en castellano, ha hecho la vista gorda con otros tres establecimientos del mismo propietario que informan en chino. O sea, chino sí, castellano, no. A eso, ¿cómo hay que llamarlo? Este tipo de situaciones son una constante en las cuatro provincias catalanas, fundamentalmente en Barcelona. A eso se llama hispanofobia y hay tantos casos que ya forman un expediente más gordo que el Libro de Petete.

No es que el independentismo catalán, con la Generalitat (en catalán) a la cabeza, quiera potenciar su lengua vernácula, es decir, el catalán, lo que en verdad buscan, lo que en verdad quieren es erradicar el español. Que el español no se oiga ni en los patios de vecinos donde abundan los españoles de otras latitudes. Hay que meter el catalán como sea en la vida pública y privada de cuantos viven en Cataluña. Gentes que con su trabajo están aportando más de lo que reciben.

Esos que tanto nos odian, preferirían hablar en suajili, en Pawnee o en Ayapaneco, antes que pronunciar una sola palabra en castellano. Hace falta ser necios, tratándose como se trata nuestro idioma del cuarto más hablado en el mundo, con aproximadamente 595 millones de hablantes, de los cuales más de 496 millones son nativos. No me extraña que la incultura, la ignorancia o llámelo usted como quiera, campe por sus respetos. Ellos se lo pierden, porque nunca dejarán de ser españoles.

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