No es oro todo lo que reluce…

En 2007, José Luis Rodríguez Zapatero decía: "Estamos en la Champions League de las economías mundiales". Y cuando, en 2011, acuciado por las críticas a su gestión, tuvo que dejar el Gobierno, los datos económicos de nuestro país, en su conjunto, eran de los peores de la democracia…

Hoy, Pedro Sánchez Pérez-Castejón está diciendo: "España va como una moto…". Y servidor, después de haber leído el Indicador de Gestión Económica -IGE- del Instituto Juan de Mariana, recientemente publicado, y elaborado en base a los últimos datos estadísticos sobre el PIB, el empleo, la presión fiscal, el poder adquisitivo y la deuda pública de los países que integran la UE, no entiende muy bien el triunfalismo del presidente. Será porque, como Zapatero en su día, quiere distraer al personal para que le dejemos gobernar, o desgobernar…

Según el referido indicador: "España es el país de la UE con peores resultados económicos entre 2019 y 2023", lo que quiere decir que es el país que, entre los 27 de la UE, peor ha hecho sus deberes desde la pandemia. Tal aseveración se basa en una serie de datos oficiales, que son los siguientes:

–La evolución media del PIB en España, entre 2019 y 2023, ha sido de 3,3 puntos, cuando en los países de la UE ha sido de 5,6. Tal dato sitúa a España en el puesto 22 del ranquin europeo, respecto al crecimiento del PIB.

–En relación al paro, los datos que da el Gobierno español reflejan que España ha experimentado una mejora del empleo muy destacable, un 16,7%; lo que no es cierto, pues se obvia que buena parte del aumento del empleo, o de la reducción del paro se debe al maquillaje estadístico de los fijos discontinuos. Teniendo en cuenta que en España el número de trabajadores temporalmente desocupados oscila alrededor de los 700.000, la caída efectiva del paro, entre 2019 y 2023, puede rondar el 1,4%, a lo sumo; lo que deja a España en el puesto 18 de la UE, en cuanto a disminución del paro en los últimos cinco años se refiere. Es de destacar que España sigue siendo el país europeo con mayor tasa de paro, con diferencia; más del 11%, cuando la media en la UE es del 6%.

–Acerca de la presión fiscal, los españoles, de media en los últimos cinco años, hemos sufrido un aumento de la presión fiscal de 2,9 puntos (hemos pasado del 35,4%, al 38,3% del PIB), lo que nos sitúa como el segundo país de la UE con mayor aumento de la presión fiscal, solo por detrás de Chipre. La media del aumento de la presión fiscal en los países de la UE, durante el periodo estudiado, fue de 0,1 puntos.

–Respecto al poder adquisitivo de las familias españolas, el indicador refleja que cayó 5,5 puntos, mientras que, de media, en los demás países se mantuvo casi inalterable.

–Y, por último, sobre el aumento de la deuda pública, decir que, siendo la media de este indice en la UE de 3,3 puntos, en España se incrementó un 10,8%...

Los datos del IGE, que se han hecho públicos, sitúan a España como el país de la UE con peores resultados económicos desde la pandemia; lo que, hablando muy claro, supone que, por término medio, cada español soportamos una deuda 3.500 euros mayor que la que soportábamos en 2019.

Conclusión: que desde que gobierna Pedro Sánchez el español medio se ha empobrecido considerablemente. Nada que ver con lo que nos cuenta el Gobierno.

Ante tales datos, que vienen a constatar el desaguisado económico que está generando la manera de hacer política de Pedro Sánchez, servidor se pregunta: ¿Qué más tiene que suceder en este país para que los españoles nos plantemos y seamos capaces de exigir al señor Sánchez que deje de mentirnos y de engañarnos?

Como ya he dejado escrito en otras ocasiones, la política de Pedro Sánchez está basada en el hoy te doy pan para comer (porque necesito tus votos), pero no te puedo garantizar que puedas comer mañana (porque no sé si podrás pagar lo que puedas llegar a deber).

Sabiendo como bien sabe el señor Sánchez lo bueno y confiado que es el pueblo español, no tiene ningún reparo en abusar de él y…cuando nos queramos dar cuenta, si te he visto no me acuerdo. No puede ser más mezquino.

¡País!

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