Buena jera

Millones y millones de expertos

Antes de que se apruebe y decida el Constitucional, todos a opinar de la amnistía

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, a su llegada para comparecer en una rueda de prensa para explicar los detalles del acuerdo de investidura con el PSOE, en el Parlamento Europeo, a 9 de noviembre de 2023, en Bru

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, a su llegada para comparecer en una rueda de prensa para explicar los detalles del acuerdo de investidura con el PSOE, en el Parlamento Europeo, a 9 de noviembre de 2023, en Bru / Europa Press

Luis Miguel de Dios

Luis Miguel de Dios

Vaya por delante que no me gustan ni la futura Ley de Amnistía (veremos cuál es su redacción final), ni las cesiones contempladas en los pactos con Junts y ERC que pueden suponer privilegios para Cataluña (nada nuevo, y si no que le pregunten a Aznar y a Felipe González cuando necesitaron los votos de CiU y negociaron las contrapartidas con Jordi Pujol, que llegó a ser declarado por el diario ABC como "Español del año").

Vaya por delante que, pese a mi rechazo, no creo que España se rompa, ni nada por el estilo. Ya lo dijo el canciller Otto von Bismarck, artífice de la reunificación alemana en el siglo XIX, cuando afirmó (versión algo libre): "El país más fuerte del mundo es España; los españoles llevan varios siglos intentando destruirlo y no lo han conseguido". Lo que sí hemos conseguido en estos últimos tiempos es crear, fomentar y desarrollar un clima de tensión y crispación más que preocupante, especialmente cuando desemboca en asaltos a sedes de partidos, a agresiones a diputados, e insultos y lanzamiento de objetos contra la policía. No es difícil entender que algunas de estos hechos y estas actitudes están muy relacionadas con ciertas declaraciones y afirmaciones, algunas infumables (y me quedo corto) de líderes políticos empeñados en seguir aquella estrategia maoísta (¿quién lo diría?) de "cuanto peor, mejor".

Habrá que pedir a todos que no echen más leña al fuego, que procuren caminar por los senderos de la sensatez, la calma y el diálogo. Nada de insultos, ¿verdad Isabel Díaz-Ayuso? Comer fruta es lo que tiene. Aporta empatía y sosiego. O sea, coman naranjas, manzanas, melones. Mejoraremos mucho

Lo de la inminente, e inevitable, ruptura de España viene sonando cada vez que la derecha pierde el gobierno. No importan las cesiones de Aznar a Pujol y a Arzallus, o los centenares de traslados de presos etarras al País Vasco con gobiernos del PP, o el indulto a 15 terroristas, sí terroristas, de Terra LLiure por el citado Aznar, ni la torpeza de Rajoy cuando empezó el llamado procès y tuvo que aplicar el artículo 155 de la Constitución, respaldado, por cierto, por Pedro Sánchez…No, no parecen importar los precedentes; lo que cuenta es lanzar, insistir y machacar con la idea de desmembramiento de España y que esa idea llegue a la opinión pública. ¿Para lograr votos y acceder al gobierno? Que va, hombre, que va; la derecha solo está interesada en el bien de la Patria; lo demás es accesorio, no hay ambiciones personales ni de partido. Por eso tienen cierta gracia (por llamarlas de alguna manera) las acusaciones de que Pedro Sánchez únicamente busca mantenerse en el poder. ¿Y los demás?, ¿para qué pacta Feijóo con Abascal?, ¿para que pactó Mañueco con Vox en Castilla y León, para renunciar y entregarle el gobierno a una ONG? No conozco ningún político que no ambicione el poder; y está en su derecho y, si me apuran, es su obligación. Por tanto, hay acusaciones que no tendrían que hacerse, salvo que uno no se mire nunca en un espejo.

Dudo mucho de que los pactos con los independentistas y la propia proposición de Ley de Amnistía supongan ya, así, de golpe, la enésima ruptura de España. Lo que sí ha supuesto la referida iniciativa parlamentaria es el nacimiento de millones de expertos en leyes, constitucionalismo y demás asuntos jurídicos. Aun no se ha aprobado la Ley de Amnistía y ya todo quisqui sabe si se ajusta a la Constitución y se va a poder aplicar en tal o cual circunstancia, etc. Como está claro que el PP y otros grupos van a presentar recursos ante el Tribunal Constitucional, me parece que lo lógico sería esperar la sentencia y sus argumentos para opinar. Pues, no. Antes de conocer tanto el texto definitivo como la decisión del Constitucional ya habla, y sienta cátedra, cualquiera, aunque, en temas jurídicos, no sepa hacer un ocho con dos vasos.

Y los que saben de esto ¿qué dicen? Varios catedráticos de Derecho Constitucional dicen que no cabe en la Constitución y otros, en cambio, aseguran que sí. Curiosamente, los que la rechazan suelen ser doctos conservadores y los que la aceptan, doctos progresistas. Sospechoso, ¿no? Tal vez la vara de medir sea la ideología y no otra cosa.

Y mientras tanto habrá que pedir a todos que no echen más leña al fuego, que procuren caminar por los senderos de la sensatez, la calma y el diálogo. Nada de insultos, ¿verdad Isabel Díaz-Ayuso? Comer fruta es lo que tiene. Aporta empatía y sosiego. O sea, coman naranjas, manzanas, melones. Mejoraremos mucho.

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