Otoño poético

Este inmenso y bello cuadro nos sobrecoge y emociona, y nos lleva a pensar en el pintor sobrenatural que nos lo regala cada año

Estampa otoñal

Estampa otoñal

Ana Doval Abad

"El otoño es una segunda primavera cuando cada hoja es una flor (…)". (Albert Camus).

"Delicioso otoño. Mi alma está muy pegada a él, si yo fuera pájaro volaría sobre la tierra, buscando los otoños sucesivos (…)". (George Eliot).

"Nada es más fugaz que la forma exterior que se marchita y se altera como las flores del campo en la aparición del otoño (…)". (Umberto Eco).

Valgan estas referencias poéticas para iniciar un breve comentario sobre el otoño que a nadie deja indiferente. Cuando la fuerza del sol nos abandona para dar paso a sus caricias, cuando el paseo matutino o vespertino se nos hace mágico ante la contemplación del cuadro cromático de la naturaleza que se presenta ante nuestra vista. Este inmenso y bello cuadro nos sobrecoge y emociona, y nos lleva a pensar en el pintor sobrenatural que nos lo regala cada año… Verdes, rojos, amarillos, ocres y violetas, mezclados con los colores del cielo, donde el sol juega a su antojo, para completar el cuadro cromático del otoño y simular que estamos en un museo impresionista.

Por este motivo, las personas con vocación de pintores se extasían ante esta riqueza cromática y plasman en sus lienzos, o cualquier otro soporte, sus representaciones del otoño, verdaderas obras de arte, como han dejado constancia un sinfín de pintores a lo largo de la historia de la pintura universal.

Las personas con vocación de pintores se extasían ante esta riqueza cromática y plasman en sus lienzos, o cualquier otro soporte, sus representaciones del otoño, verdaderas obras de arte, como han dejado constancia un sinfín de pintores a lo largo de la historia de la pintura universal

Además, esta belleza cromática sumada a otros factores que también se dan en otoño: las ramas de los árboles huérfanas de hojas y de pájaros, rosas marchitas que ya no resucitan, hojas caducas que vuelven a la tierra… se asocian, inevitablemente, al otoño de la vida del ser humano como parte integrante de la naturaleza. Esta sensación, límite de caducidad, se impregna en el psiquismo humano, y le trasmite emociones profundas como la melancolía, la nostalgia, la tristeza,…

Las personas sensibles captan esta realidad y quieren plasmar estos sentimientos que les invaden, no sólo en la forma plástica a la que antes he aludido, sino también por escrito, a través de la literatura bien en verso o en prosa, utilizando metáforas y otros recursos literarios.

La literatura universal está plagada de poetas con referencias al otoño, con poemas que perduran a lo largo de los tiempos, como los de Antonio Machado, Federico García Lorca, o este de Juan Ramón Jiménez:

Esparce octubre, al blando movimiento

del sur, las hojas áureas y las rojas,

y, en la caída clara de sus hojas,

se lleva al infinito el pensamiento.

Qué noble paz en este alejamiento

de todo; oh prado bello que deshojas

tus flores; oh agua fría ya, que mojas

con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,

en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,

echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,

la vida se desnuda, y resplandece

la excelsitud de su verdad Divina.

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