Pensiones, patada para adelante

Nos encaminamos hacia un sistema mixto que dé paso a que parte de la pensión sea con aportación privada

El gasto en pensiones supera en julio por primera vez los 12.000 millones de euros.

El gasto en pensiones supera en julio por primera vez los 12.000 millones de euros.

Rafael Monje

Rafael Monje

Uno de los grandes desafíos que tienen las sociedades modernas en general y las europeas, en particular, es el mantenimiento de un sistema público de pensiones que sea justo y sostenible en el tiempo. Una ardua tarea si tenemos en cuenta el progresivo envejecimiento de la población, la continua caída de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida.

La regulación de las pensiones ha sido y es un sudoku para cualquier gobierno. Una cuestión que siempre se mide términos de impacto electoral y nunca desde un criterio equitativo de reparto que evite la posible quiebra del sistema. Lo que, lamentablemente, vemos es la cómoda patada hacia adelante para que no soliviante ese importante nicho de votantes.

Sin embargo, la realidad es tozuda y basta hacer una simple ecuación para comprobar que la población activa, cada vez más debilitada, no va a poder mantener en el futuro a la clase pasiva, cada vez más numerosa y cara.

Así las cosas, nos encaminamos hacia un sistema mixto que dé paso a que parte de la pensión sea con aportación privada o bien con la fórmula del tanto aporto tanto cobro, con el coeficiente corrector que corresponda y en función de las variables establecidas.

Queda claro que deberían involucrarse las fuerzas políticas, los agentes sociales y todas las partes de la sociedad interesadas en el desarrollo de la previsión social complementaria, para que todo cambio operativo en el sistema se sustente sobre la base del consenso político, el diálogo social, una política fiscal coherente y la apuesta firme de la Administración

Ya vemos los primeros pasos en este sentido. Al margen de los planes de empleo privados de las grandes empresas o de previsión social complementaria, el secretario general de la patronal nacional de la Construcción (CNC), Mariano Sanz Llorente, presentó esta semana en Valladolid lo que será el primer plan de pensiones del sector regulado en convenio colectivo como complemento a la pensión de la Seguridad Social, esperando su puesta en marcha antes de que incluso termine el año. El patrimonio del plan que será aportado por el colectivo se invertirá dentro del propio sector, en fondos dedicados a infraestructuras, con la aspiración de lograr la rentabilidad necesaria para su supervivencia.

Queda claro que deberían involucrarse las fuerzas políticas, los agentes sociales y todas las partes de la sociedad interesadas en el desarrollo de la previsión social complementaria, para que todo cambio operativo en el sistema se sustente sobre la base del consenso político, el diálogo social, una política fiscal coherente y la apuesta firme de la Administración. Pero, también queda meridianamente claro que, por ahora, nuestros dirigentes públicos están a otras cosas más cortoplacistas sin coger ninguno la patata caliente. Y así nos va.

Suscríbete para seguir leyendo