Zamoreando

Por qué los llaman…

Los ciudadanos sí queremos saber; no queremos hablar con máquinas

Una persona teclea un ordenador portátil.

Una persona teclea un ordenador portátil. / Steve Marcus

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Sí, ¿por qué nos obligan a hablar con máquinas en absoluto inteligentes cuando queremos dialogar con personas? ¿Por qué lo llaman progreso cuando es un atraso? ¿Por qué es un engaño el servicio de citas en sede electrónica? ¿Para qué sirve la sede electrónica? ¿Por qué la cita previa es imprescindible para atención en oficina? Me gustaría que alguien del orbe de la Administración saliera a la palestra, diera la cara, nadie se la va a partir, y contestara a esta sencilla pregunta que es la misma que se hacen miles de ciudadanos. ¿Por qué la Administración nos complica la vida a los administrados? Que me den un funcionario o funcionaria que, además, sea amable y todos tan contentos. Las maquinas nada solucionan. Quiero pensar que los problemas no ocurren en todas las administraciones, que alguna se salva de la crítica.

Lo de las citas es demencial. Voy a poner un ejemplo. Dirección General de Tráfico, cualquier Jefatura Provincial. Pongamos la de Zamora. Usted tiene que solicitar cita para realizar un canje del permiso de conducir. Y, claro, o lo hace mediante ordenador o no hay tutía. Para más regodeo lo tiene que hacer a una hora especifica porque la paginita en cuestión siempre le da "nones". Esa hora son las siete y media de la mañana. Y durante tan solo diez minutos. Ni antes ni después. Porque después de solicitarle todos los datos habidos y por haber en un proceso que se antoja engorroso y cerciorarse de que usted no es un "robot", le recuerda que puede volver a intentarlo en otra ocasión si es que tiene mejor suerte.

Un amigo mío lleva así cerca de dos meses y no hay forma. He intentado ayudarle y ¡que si quieres arroz, Catalina! No sé si es un pitorreo, un cachondeo o algo en esa línea, lo único cierto es que los amables funcionarios te dicen, a modo de consuelo, que lo intentes en la Delegación Provincial de otras provincias, a ver si tienes más suerte y los idus te son propicios.

Ante la estupefacción, preguntas de inmediato que de qué provincia, pensando en cualquiera de las de nuestra propia comunidad autónoma. ¡Uy, no! Pruebe en la Comunidad Valenciana, en Andalucía, en Cantabria. Porque resulta que hay gente de Sevilla que ha conseguido la cita en Zamora. Y ya como último recurso, vas y te enteras de que hay, llamémosles empresas cuando queremos decir mafias, que se hacen con esas citas y te las venden a buen precio. Y eso se sabe y se está consintiendo y no dan solución y si te quedas fuera de juego, es tu problema porque la DGT no quiere saber nada.

Los ciudadanos sí queremos saber. No queremos hablar con máquinas. No queremos que deshumanicen la Administración. Y, a ser posible, que pongan un funcionario en nuestra vida.

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