Neoliberalismo y Libertad

Un modelo que empobrece, agrava desigualdades y debilita el Estado de Bienestar

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panel ibex 35 palacio bolsa madrid / EDUARDO PARRA

Antonio Gallego

Antonio Gallego

En estos momentos, los conceptos que marcan el título del artículo están muy de moda en la Comunidad de Madrid, con el apoyo matizado del Partido Popular y, desde hace ya tiempo, en algunos países principalmente de cultura anglosajona. Recordemos los gobiernos de Margaret Thatcher en Reino Unido (1979-1990) y el de Ronald Reagan en Estados Unidos (1981-1989). Actualmente comulgan con estos principios el poderoso partido republicano de Estados Unidos, especialmente el anterior presidente Donald Trump de triste recuerdo. Asimismo, el batacazo reciente de la anterior y breve primera ministra británica Liz Truss, elegida el 6 de septiembre de 2022, se debió a que trató de implantar un modelo de medidas económicas de corte neoliberal que levantaron un montón de críticas y fue rápidamente defenestrada y sustituida por el actual primer ministro Rishi Sunak, que asumió el cargo el 25 de octubre de 2022.

No voy a ser demasiado original ya que parte de lo que voy a exponer está extraído de publicaciones y estudios conocidos. Debe de quedar claro que el neoliberalismo es una teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado.

Hasta hace pocos años, el concepto “liberal-democracia” designaba un sistema de gobierno democrático que tutelaba las libertades individuales de las minorías, el pluralismo informativo, la independencia del poder judicial y la estricta separación de la esfera pública (Estado) y de la privada (mercado). Se trataba, en concreto, de la definición del Estado de derecho y de la división de poderes que define a un Estado constitucional.

Pero esa visión anterior no es la del neoliberalismo que se ha transformado en un dispositivo de poder que tiende a la concentración y la imposición. Se trata de un sistema depredador, que hace creer que la libertad, uno de los pilares básicos de la democracia, cuando se refiere a los individuos, significa que cada uno puede hacer lo que quiera. Es un concepto de libertad que genera problemas entre los individuos y la sociedad. En Estados Unidos lo estamos viendo con la cantidad de crímenes cometidos todos los años por el uso y libertad de cada ciudadano a tener derecho a poseer armas de fuego. Es su sagrada libertad, pero parece que las víctimas no tienen derecho a la suya y además acaban muertos.

Para parte de la derecha política actual, el concepto del “liberalismo” ha pasado a significar la ausencia de reglas y de límites a la economía de mercado, de forma que las libertades fundamentales se supeditan al predominio de los poderes económicos. Este liberalismo económico acrecienta las desigualdades sociales. La sociedad puede que cada vez sea más rica pero la desigualdad se amplia y llega a cotas inhumanas.

La noción de libertad resulta totalmente socavada por la ideología y, sobre todo, por la práctica neoliberal, a través de la ausencia de límites a los poderes económicos, los mercados y los poderes políticos manipulados

A cambio, el neoliberalismo se define como el verdadero régimen de la libertad, diferenciándose del fracaso político y económico del socialismo y del Estado del bienestar, y propone una estricta libertad de mercado, según sus principios de laissez-faire, que se implementa a través de la desregularización extrema de los mercados. La economía determina la política y permite la libertad, tanto económica como política, gracias al poder extraordinario del mercado “libre”.

La noción de libertad resulta totalmente socavada por la ideología y, sobre todo, por la práctica neoliberal, a través de la ausencia de límites a los poderes económicos, los mercados y los poderes políticos manipulados. Y la principal víctima de ese proceso es la libertad personal, la más amenazada en la mayoría de las democracias occidentales, sobre todo debido a los múltiples ataques y arbitrariedades políticas y judiciales.

El neoliberalismo asocia la libertad con una ausencia de restricciones, que conduce al fortalecimiento del mercado, el debilitamiento del Estado del bienestar, la precarización social, basado en el concepto de la retribución meritocrática. Se trata de un modelo social muy alejado del principio definido por Marx: “De cada cual, según sus capacidades. A cada cual, según sus necesidades”.

Ese modelo de libertad neoliberal no ha aportado a la sociedad los resultados prometidos. Muy al contrario, ha provocado el crecimiento de los índices de pobreza, las tasas de desempleo, las desigualdades sociales y la precarización. Para dar la apariencia de beneficiar a la sociedad, se introdujeron una serie de “sacrificios sociales”, el consumo masivo o la satisfacción basada en el odio hacia “el otro”.

Este proceso conlleva también la reducción sistemática de la libertad de expresión y de información. Por un lado, la libertad de expresión ha quedado coaccionada por la presión política y judicial, y se ha transformado en la libertad de unos pocos, frente al conjunto: se persigue y demoniza la opinión pública.

Por otro lado, se concentra corporativamente a los medios de comunicación, y se premia a los periodistas serviles con el poder. Además, la falta de regulación mediática ha posibilitado el desarrollo sin medida de las fake news, la postverdad y el discurso de odio, amparado judicialmente.

El neoliberalismo ha deformado el concepto de libertad, para conseguir reducir el Estado y que no interfiera en el libre mercado y la explotación del trabajo, sin respetar los derechos individuales y colectivos, con el objetivo de la acumulación del capital (real e irreal), y crear las condiciones para mantener el control del sistema político y económico.

Por el contrario, el concepto real de libertad debe basarse en el respeto de los derechos humanos y la soberanía y la democracia.

Todo lo indicado se puede simplificar al máximo por mentes infantilizadas que ocupan su lugar en la política a través de la manipulación de la imagen y el leguaje.

Como ejemplo, cerremos el articulo con unas breves frases de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, profunda neoliberal, que está aplicando su doctrina al funcionamiento de la Sanidad y a su revanchismo contra el Estado:

"La defensa de la tauromaquia es hoy más que nunca la defensa de la libertad" / "Nos podemos ir a una terraza a tomarnos una cerveza y vernos con los nuestros; con nuestros amigos, con nuestra familia, a la madrileña" / "Nace un nuevo modelo de libertad: compro donde quiero, consumo donde me da la gana" / "Si voy a misa o a los toros, o me voy a la última discoteca, lo hago porque me da la gana. Y elegimos dónde, a qué hora y con quién. Vivo así. Vivo en Madrid y por eso soy libre" / "La libertad es salir a trabajar y poder ir un ratito a ver una película, ir al teatro o salir a tomarse algo".

Mayor simpleza neoliberal imposible.

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