Android homini lupus

Toda esta evolución que nos ha llevado al vaciamiento no es fruto del azar o la suerte o mala suerte

Alfonso Fernández Mañueco durante Fitecu

Alfonso Fernández Mañueco durante Fitecu / Emilio Fraile

Laura Rivera

Laura Rivera

La semana pasada un espejismo consiguió repoblar la Culebra. Sí, parte de esa sierra que se quemó el pasado verano en una superficie tal que se alcanzó el terrible récord de ser el incendio mayor del año en toda España. Cuando se batió una marca que también vamos camino de conseguir en vaciamiento o pérdida de población, como han hecho Soria, Teruel y Cuenca que ya son desierto demográfico. Y que no tardaremos en alcanzar si seguimos vaciándonos a la velocidad de entre dos mil y tres mil menos zamoranos al año.

Android homini lupus

Android homini lupus / Laura Rivera

¡Cómo estarán las cosas que ya se están haciendo censos de zamoranos en Madrid que ya superan la población total de los que vivimos aquí! Y más aún si tenemos en cuenta los descendientes de zamoranos en esa diáspora que mantiene el arraigo en las Casas de Zamora en tantos lugares, para seguir haciendo pequeña patria o matria a falta de madres para que nazcan hijos en esta tierra de cigüeñas que no traen niños en el pico. Y de niños y niñas que echan el vuelo apenas son cigoñinos para ascender o simplemente planear en la escala social, accediendo a los estudios y el trabajo que aquí son excelentes, pero escasos. Y que cuando remontan el vuelo ven a ojo de pájaro las iglesias arroñadas y las casas que se mantienen en pie porque guardan durante el invierno los recuerdos de un “mi abuelo que ganara una batalla” ¡Qué lástima de abandono de una tierra provinciana! Como se lamentaba León Felipe que nació en “un pueblo del que no recuerdo nada”. Como los va a suceder a ellos.

Por eso ha sido todo un acontecimiento que durante unos días de la semana pasada, en la Culebra donde dicen los ganaderos que se protege más al lobo que a las personas, se celebró una feria para hablar de los cuidados a las personas mayores que han aprendido a bailar con lobos desde antiguo, pese a que a veces ataquen a su forma de vivir.

Decía que fue un espejismo porque sólo duró unos días que no han podido cambiar la tendencia demográfica casi invariable desde los años sesenta del siglo pasado. Esa época del famoso desarrollismo en la que se decidió que había que trabajar en las fábricas de las capitales sobre todo de algunas regiones que no eran la nuestra, pese a que el tiempo nos ha demostrado que esos esfuerzos por desarrollar el sector secundario de la economía industrial también cayó años más tarde por decisiones políticas de desindustrialización cuando permitieron entrar a España en Europa. Y pese a que en este momento el sector en el que se genera más empleo en España es el de los servicios, también por decisión política, mientras el sector primario de la agricultura y ganadería sobrevive apenas con altos costes de producción, bajos precios de mercado y mucha lucha y resistencia para seguir en el campo. En zonas como Zamora, la minería apenas ha tenido repercusión, salvo los materiales de construcción como las areneras y las pizarreras; pero somos conscientes de lo que ha pasado con las minas de carbón en la cercana provincia de León.

Y cuento todo esto que es historia sabida, para concluir que toda esta evolución que nos ha llevado al vaciamiento no es fruto del azar o la suerte o mala suerte, ni mucho menos de la falta de trabajo de nuestra gente o de la falta de emprendimiento de los zamoranos, que sí saben ser emprendedores lejos de su tierra. Tampoco es culpa de la falta de lucha o de sentido reivindicativo ¡no! Porque aquí se ha luchado y se sigue haciendo contra las decisiones políticas sobre la economía que nos ha traído y nos mantiene en esta situación.

Por eso la celebración de la feria FITECU en Villardeciervos ha sido una buena decisión también política, tanto por la elección de una zona con alto nivel de envejecimiento que necesita cuidados como por ser también una zona con alto nivel de vaciamiento que necesita puestos de trabajo. También porque se da otra circunstancia añadida: el terrible incendio del verano que ha puesto en peligro la vía de desarrollo elegida por decisión política basada en la protección de los espacios y las especies naturales y salvajes.

Pero también ha sido un espejismo. Primero y como decía porque sólo ha durado unos días y tras su finalización, “fuese y no hubo nada” de nuevo: ni empresas, ni proyectos viables, ni congresistas, ni personas. Solo los lobos y los ciervos de antes viviendo en la reserva de la biosfera.

Y sobre todo porque en la misma feria de los cuidados no tuvo cabida la sencilla gente que cuida y que dedica su trabajo al cuidado de las personas que aún viven en la Culebra, sino unos robots o androides tecnológicamente tan sofisticados que son capaces ellos solos de acompañar la soledad con una conversación inteligente o “interactuante”. Como la Alexa de Amazon para las compras o el robot Copito con aspecto de nieto para acompañar a las personas mayores.

La buena noticia es que se han acordado de nosotros para celebrar un congreso de nuevas tecnologías para el cuidado de las personas viejas. El espejismo, que pretenden cuidarnos con robots

Mientras los representantes políticos de la Junta y la Diputación se hacían fotos con y como robots o androides, continuaba negándose la ayuda a domicilio a personas no dependientes de toda la provincia. Y las trabajadoras de la empresa contratada para el servicio de limpieza de la Diputación se quedaban un mes más sin cobrar su sueldo.

Algo parecido a los que sucede con el proyecto estrella de la Diputación, Silver Economy, que establece una ratio de cuidadores silver o caregivers para 40 personas, mientras que en la ayuda a domicilio cada cuidadora atiende una media de seis personas: cuatrocientos puestos de trabajo para atender a dos mil cuatrocientos usuarios. Eso son cuidados y eso es trabajo y eso es repoblación.

La decepción y el riesgo de las ferias como la celebrada en Villardeciervos es que pretenden que los zamoranos se mantengan en sus casas con cuidados prestados por robots, y tecnologías virtuales para entretenerse.

Y que por aquí ya hemos demostrado que queremos trabajadores que nos cuiden, y no caregivers que nos llamen por teléfono si hay cobertura, o telemedicina en lugar de consultorios presenciales, o telemaestros, o telecuras diciendo misa.

La buena noticia es que se han acordado de nosotros para celebrar un congreso de nuevas tecnologías para el cuidado de las personas viejas. El espejismo, que pretenden cuidarnos con robots: ¡que nos van a repoblar con robots!

Por eso alertamos parafraseando a Hobbes y su famosa frase “homo homini lupus”, o el hombre es un lobo para el hombre (frase que no comparto por la parte del lobo), con la del título de este escrito “android homini lupus”, o el robot es un lobo para el hombre (en el sentido de Hobbes). O más bien: android femini… Porque el empleo de los cuidados recae sobre todo en las mujeres.

¡Auhhhhhh…! Suena en la Culebra el aullido del lobo alertando a la buena gente de las decisiones políticas de la gente bien.

(*)Portavoz de IU en la Diputación

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