Tras nada menos que 17 días sin competir y con el disgusto todavía latente de tener que suspender el “Día de la cantera” debido al extraño brote de COVID-19 en las filas del CB Morón, el Zamora Enamora regresa a la acción en la LEB Plata. Y lo hace en la pista de un Basket Navarra que se presenta como el posible “final boss” en el camino de los hombres de Saulo Hernández hacia el principal objetivo de la temporada: la permanencia.

El choque entre zamoranos y navarros, que tendrá lugar hoy a las 20.00 horas en el Pabellón Arrosadia, representa la primera de las oportunidades que tendrá el Zamora Enamora de sellar su continuidad en la categoría en un ajetreado final de temporada para el equipo de Hernández, que deberá disputar en las próximas dos semanas sus últimos cinco partidos de la fase regular.

Sabiendo el desempeño de la formación zamorana en jornadas fuera del fin de semana, y aunque la permanencia parezca prácticamente cuestión de tiempo, el Zamora Enamora no se marca otro objetivo que ganar hoy para certificar su estancia en LEB Plata cuanto antes. Eso permitiría al grupo, ya con el objetivo principal del curso bajo el brazo, trabajar con mayor confianza y comodidad en asegurar su presencia en el play-off de ascenso.

Sin embargo, y como siempre que se presenta una oportunidad de este estilo para los zamoranos, no será una tarea sencilla ganar esta tarde. Comenzando por esa “preocupación” que días atrás expresaba Saulo Hernández sobre este encuentro, al que los suyos llegan tras dos victorias consecutivas y muchos días sin batirse el cobre. Una condición que podría llevar a cierta relajación, a irregularidades en el rendimiento o a desajustes en el juego de un Zamora Enamora al que muchas veces le pesa la juventud de su plantilla en estas situaciones.

Pero, más allá de ese temor, está la capacidad de un Basket Navarra que ya no es el que cayó en el Ángel Nieto por 79-74.

Los navarros, que mantienen la identidad guerrera y trabajadora que mostraron en el Ángel Nieto, han dado un salto en sus prestaciones con la llegada del pívot N’Guessan, demostrando ser capaces de todo, como derrotar al Hereda Ourense. Ahora, además de su “small-ball”, cuentan en su repertorio con mayor capacidad para atacar la pintura rival y alternar estilos para noquear a sus adversarios.

Además, Basket Navarra es el séptimo clasificado y, como el Zamora Enamora, sexto, quiere estar en el play-off. Motivo por el que ganar puede suponer poner medio pie en la lucha por subir a LEB Oro, y también por el que esta tarde se celebrará el “Día del basket Navarro”, haciendo que la cancha de los “rojillos” sea una olla a presión buscando evitar el triunfo visitante. Una victoria que no llegará a manos de los de Saulo si estos no son capaces de activar su “modo competición” ante su primer “final boss”.