Bernice Mosby, el gran peligro camino de la Final Four para el Recoletas Zamora

El Recoletas Zamora inicia esta semana su camino por el play-off de la Liga Challenge, competición previa a la Final Four en la que estará en juego la disputa de la segunda plaza de ascenso a Liga Femenina. Un premio que el equipo de Vasconcelos quiere obtener, pero para lo cual tendrá primero que superar a doble partido al Azul Marino Viajes Mallorca. Adversario cuyo principal peligro tiene nombre propio y es bien conocido por la afición naranja: Tyrone Bernice Mosby.

Hace unos meses, el proyecto en busca del ascenso del conjunto isleño se tambaleaba y llegaron fichajes para cimentar un equipo ganador que intentara lograr el salto en el play-off. Una lista de refuerzos en la que destacaba Mosby, una veterana jugadora cuya indiscutible calidad iba a suponer un gran salto de calidad para el plantel de Daniel Rubio.

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La suerte quiso que, tras aterrizar en Mallorca, la ala pívot tuviera como primer rival en la Liga Challenge al Recoletas Zamora, al equipo del club que defendió en la máxima categoría española.

Mosby fue uno de los primeros y flamantes fichajes del CD Zamarat al inicio de su primera etapa en Liga Femenina. Un talento descomunal como demostraron sus números, acabando la temporada 2011-2012 como la segunda máxima anotadora de la fase regular con 17,4 puntos de media, figurando también en el Top-10 de mejores reboteadoras y de las jugadoras más valiosas del campeonato. Un impacto que, aunque hayan pasado los años, ha tenido en cada equipo del que ha formado parte.

Fue rival de las zamorana con el CB Conquero y volvió a España tras jugar en Israel, Portugal y Puerto Rico para enrolarse en el Gernika y, después en el Perfumerías Avenida (donde no juega cualquiera). Ahora, es el principal obstáculo por la Final Four del Recoletas Zamora y así lo atestiguan sus números.

En apenas siete partidos, Mosby acumula ya 135 puntos con la camiseta de Azul Marino Viajes Mallorca (19,2 puntos de media por encuentro) y ha capturado 68 rebotes (9,7 por partido). Números que la convierten en la jugadora más en forma de las mallorquinas, en el principal peligro a controlar por las naranjas.

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