El arduo camino del K-4 hasta París 2024

"Todavía no estamos en nuestro pico más alto", confiesa Carlos Arévalo tras ganar en Cracovia, con la vista puesta en el Mundial de Duisburgo

Marcus Cooper, Carlos Arévalo, Saúl Craviotto, Miguel García y Rodrigo Germade. | J. M. C.

Marcus Cooper, Carlos Arévalo, Saúl Craviotto, Miguel García y Rodrigo Germade. | J. M. C. / J. M. Carbajal

J. M. Carbajal

Motivación, concentración y puesta a punto en Trasona (Corvera de Asturias), con la vista puesta en el Campeonato del Mundo que se disputa en Duisburgo (Alemania) a finales de agosto, donde estarán en juego las plazas para los Juegos Olímpicos París 2024. Y es que el K-4 500 de España domina el mundo, palada a palada, con mano firme. Así lo confirman los resultados, que los coronan como los actuales campeones del Mundo y de Europa, además de subcampeones olímpicos en Tokio 2021. Hace apenas una semana cumplieron con las expectativas dominando una regata muy exigente para acabar colgándose la medalla de oro en los Juegos Europeos de Cracovia (Polonia).

El cuarteto integrado por Saúl Craviotto Rivero (Lérida, 3-11-84), el mallorquín Marcus Cooper Walz (Oxford, Reino Unido, 3-10-94) y los gallegos Carlos Arévalo López (Betanzos, 6-11-93) y Rodrigo Germade Barreiro (Cangas de Morrazo, 23-8-90), lograron imponer su ritmo, de punta a rabo, para plasmar sobre el agua polaca todo lo que habían preparado de cara a la cita europea. Un título celebrado por toda la delegación española, encabezada por el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, que arropó al equipo y que se mostró ilusionado ante los resultados obtenidos.

Un triunfo que afianza el proyecto liderado por el asturiano Miguel García Fernández, técnico de la Real Federación Española de Piragüismo, y que fue reconocido con un cariñoso gesto de los deportistas hacia él en la ceremonia de medallas. Además, en el staff técnico se encuentra otro asturiano, en calidad de fisioterapeuta, el cangués Julián Valera Asprón. Craviotto, reconoció que "el nivel está subiendo mucho. Hay muchos K-4 potentes y está siendo complicado", mientras que Arévalo aseguró que "el objetivo es el Mundial y todavía no estamos en el pico más alto de nuestro nivel".

El K-4 de la selección española siempre ha sido uno de los iconos del piragüismo de este país en aguas tranquilas, pese a no clasificarse para Juegos Olímpicos de Sydney, Atenas, Pekín ni Londres, aunque sí acudieron a esas citas otras modalidades y especialidades (kayak y canoa). Reseñar el K-4 español es recordar inolvidables épocas de los palistas Chema Esteban Celorrio, el ceutí Díaz Flor, el candasín Herminio Menéndez y el gallego Ramos Misioné, medalla de plata en Montreal (1976), batidos por la Unión Soviética; y campeones del Mundo en Belgrado (1975).

Y sin olvidar Gainesville, en los Juegos Olímpicos de Atlanta-96, cita en la que el actual técnico del equipo nacional, Miguel García, en aquella ocasión como palista, formaba parte del K-4 1.000 metros, en compañía de Jovino González Comesaña, Emilio Merchán Alonso y Gregorio Vicente Hernández, quedando quintos clasificados –diploma olímpico-. Del mismo modo, en esa misma cita olímpica canadiense, "el Negro" también conseguía otro diploma que añadir a su palmarés personal como kayakista, por su sexto puesto en K-1 500 metros. Han transcurrido 27 años y ahora aguarda a la vuelta de la esquina, si nada se tuerce, ni nadie lo impide, París 2024.