La doble cara del Barça: el extraño caso del doctor Ter Stegen

En los libros de historia azulgrana un día se escribirá sobre el extraño caso que se abatió sobre el Barça de la temporada 2022-23: un equipo imbatible en la Liga, que lidera con diferencia abismal respecto a todos (12 puntos al inmediato perseguidor), que se convertía en enclenque en todas las demás competiciones, cuatro disputadas (Champions, Copa, Supercopa y Europa League, por este orden) y tres acabadas antes de tiempo y de mala manera.

Los números son reveladores de la mutación que se produce de los domingos ligueros a los miércoles eliminatorios. Se acerca a la transformación psicológica de la que trata la novela de Robert Louis Stevenson de El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, porque el portero y los defensas del Barça son los mismos en todas las competiciones. Aquellos que no conceden ni un metro al rival en la Liga se pierden a campo abierto en la Copa. Como han comprobado dolorosamente en el doble clásico.

El Barça que remató 17 veces al Madrid (7 bien) y concedió 11 ocasiones (3 entre palos) en la Liga descendió a 11 y 5 en la Copa y sufrió 9 tiros blancos (7 entre los tres palos). Una involución en dos semanas y media. El cambio abismal que va de sentenciar la Liga a caer estrepitosamente en la semifinal.

Al conjunto de Xavi Hernández solo le queda la Liga donde concentrar los esfuerzos. Allí donde Marc André ter Stegen es un gigante protegido por gladiadores. El torneo en el que se cuentan con los dedos de la mano los goles encajados: 9 en 27 jornadas, lo que arroja un promedio de 0,33 tantos por partido.

En las otras competiciones, ha recibido 26 tantos en 15 partidos: el promedio asciende a 1,73.

Este lunes ante el Girona, el meta alemán disputará el partido número 28, el mínimo para optar al Trofeo Zamora. Ese registro, jamás visto, le entronizará como el mejor portero de la historia de la Liga cuando se van a cumplir 92 ediciones. Necesita disputar un mínimo de 60 minutos. Si dejara de jugar a partir de entonces, batiría el récord del mejor promedio (0,47 goles por partido) que comparten Liaño (Deportivo, 1993-94) y Oblak (Atlético, 2015-16).

Este lunes ante el Girona puede asegurar el trofeo Zamora con la mejor marca de todos los tiempos.

Una insólita multiplicación

La asombrosa media de 0,33 goles se multiplica insólitamente entre semana en las copas. Los cuatro del Madrid corroboran el agujero negro. Ter Stegen (en tres partidos, Iñaki Peña) ha encajado 26 goles en 15 partidos en las otras competiciones, que arroja un espantoso cociente de 1,73 goles por partido. Descontadas las apariciones del suplente, Ter Stegen ha recibido 1,75 (21 en 12 partidos).

Los relevos que se operan en la línea que escolta a Ter Stegen no explican por sí solos la metamorfosis, por más que el Barça echara de menos de un día a otro las ausencias de Christensen y De Jong. No ha sido el momento puntual de la cita con el Madrid, tres en un mes, que empezó, sin embargo, con el 0-1 del Bernabéu y ni un tiro blanco a portería en 12 intentos.

Pese a las carencias de un lateral derecho y un central zurdo, el foco de los fichajes se dirige al ataque.

Diferencia de calidad

Acaso tiene más que ver la calidad de los rivales en las competiciones. El Barça ha perdido dos de los cinco partidos ante el Madrid y perdió los dos ante el Bayern de Múnich (sendos 0-3). No ganó ninguno de los disputados ante el Inter de Milán -los tres equipos están en los cuartos de la Champions- ni los dos frente al Manchester United (en los cuartos de la Europa League).

El foco del cuerpo técnico, asumida la ausencia de un lateral derecho estable y la voluntad de firmar un central zurdo, se dirige al ataque. Gracias a Ter Stegen y los 20 ceros en 27 jornadas de Liga (3 ceros en los otros 15 partidos), al Barça le han bastado 53 tantos para sumar 71 puntos. El equipo necesita muchos más. Sólo para las otras competiciones, parece...