Las bodegas tradicionales de este pueblo zamorano, en riesgo de desaparecer

El paso del tiempo y la falta de un mantenimiento continuado han propiciado que el conjunto de bodegas tradicionales que jalonan el subsuelo de Villalube corra un serio riesgo de desaparecer.

Hasta hace pocos años, las bodegas eran utilizadas por los vecinos para elaborar vino casero o para reunirse con familiares y amigos en torno a una mesa repleta de alimentos, pero el riesgo de derrumbe ha obligado al Ayuntamiento a decretar el cese temporal de la actividad y no descarta el derribo de la práctica totalidad de las construcciones tradicionales, salvo dos que han sido saneadas, si se constata que su situación de ruina es irreversible.

El alcalde, Jorge Sánchez Manso, confirmó que el Ayuntamiento ha tenido que dictar un bando, en el que advierte a los vecinos sobre el deficiente estado en el que se encuentra la zona de las bodegas. En la comunicación oficial, el Ayuntamiento también anuncia el "cese temporal de la actividad" en las construcciones subterráneas para evitar riesgos y, sobre todo, para garantizar la seguridad de los vecinos y de las estructuras colindantes.

Otra de las medidas preventivas adoptadas por el Ayuntamiento ha sido acordonar la zona y prohibir la circulación de vehículos ante un posible riesgo de hundimiento del pavimento, aunque también se recomienda a los vecinos que eviten pasear por el entorno.

Además, desde la Alcaldía se ha solicitado colaboración a los propietarios de las bodegas, a los que ha instado a "ceder la actividad" al Ayuntamiento con la mayor celeridad posible, al objeto de poner en marcha las medidas necesarias para evitar incidentes y que, en principio, pasan por su demolición.

Escrituras

En este punto, el mandatario municipal concretó que el Ayuntamiento no pretende los propietarios "nos den las bodegas", si no que cedan la actividad, ya que si finalmente son derribadas, en la zona está previsto adecuar una explanada y el terreno resultante se repartirá entre aquellos que presenten las escrituras de las construcciones subterráneas.

Por otra parte, el alcalde recordó que, ante el deficiente estado de la zona, en marzo de 2023 se ejecutó una intervención de urgencia financiada con una ayuda de la Diputación y fondos municipales en una de las calles de acceso, después que un hundimiento del firme dejara a la vista el hormigón y provocara la rotura de los desagües, con la consiguiente inundación de las bodegas.

La intervención se centró en "rellenar" un tramo de calle, pero poco después se registró otro hundimiento que puso de relieve el deficiente estado de todo el acceso viario a las bodegas y que, como matizó Sánchez, "está hueco".

Además, subrayó que las bodegas conforman un "laberinto" subterráneo, ya que "algunas fueron construidas encima de otras" y, en varios casos, están comunicadas, lo que dificulta una posible intervención para proceder a su restauración. Además, la utilización de maquinaria pesada para ejecutar obras de rehabilitación podría provocar el hundimiento de las bodegas como si fueran piezas de dominó.

Por los motivos expuestos, el Ayuntamiento se decanta por proceder al derribo de las bodegas, salvo las dos que se siguen utilizando, para lo que necesita conocer quiénes son sus propietarios. Así, una vez que el Ayuntamiento recabe los permisos de cesión de actividad de las bodegas iniciará las obras de demolición, para las que tiene previsto solicitar una ayuda a la Diputación.

Calcula el alcalde que las bodegas del pueblo fueron construidas hace más de un siglo y, hasta hace pocas décadas, los vecinos las utilizaban para elaborar vino destinado al autoconsumo o para reuniones.

El primer edil de Villalube es consciente de que el derribo de las bodegas subterráneas supone una pérdida irreparable de un patrimonio singular de la arquitectura tradicional, pero su deficiente estado obliga al Ayuntamiento a actuar y a adoptar medidas con las que pretende evitar incidentes y minimizar riesgos para los vecinos y para las construcciones colindantes.

Con cierta nostalgia, Sánchez evocó épocas pasadas en las que compartía con amigos meriendas y cenas en la bodega subterránea propiedad de su familia, tradición que si finalmente se ejecutan las obras de derribo previstas pasará a formar parte del recuerdo colectivo de los vecinos de Villalube.

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