La cuenca del Duero cierra un año "seco" a un 31% de su capacidad

La cuenca ha sufrido un nuevo año seco, de forma generalizada, si bien con efectos desiguales según los sistemas

Las precipitaciones de junio y septiembre han facilitado el cumplimiento de los objetivos para la campaña de riego, con limitaciones en el sistema Pisuerga – Bajo Duero

Embalse de Belesar en el Río Miño, a 3 de agosto de 2023, en Lugo, Galicia (España). Ayuntamientos e instituciones llaman a hacer un uso responsable del agua y evitar consumos innecesarios en un contexto de sequía. Los principales problemas se registran e

Embalse de Belesar en el Río Miño, a 3 de agosto de 2023, en Lugo, Galicia (España). Ayuntamientos e instituciones llaman a hacer un uso responsable del agua y evitar consumos innecesarios en un contexto de sequía. Los principales problemas se registran e / Carlos Castro - Europa Press

I. Barahona

La cuenca del Duero ha sufrido los daños de la sequía según se desprende de los resultados de este año hidrológico que finaliza el 30 de septiembre y que ha dejado a los embalses del Duero a un 31,7% de su capacidad, por debajo de la media de la década, según ha informado la Confederación Hidrográfica del Duero.

Este 31,7% es un valor superior al de hace un año (28,9%) y ocho puntos porcentuales por debajo de la media de la década (39,6%), con lo que aunque las reservas de agua han mejorado ligeramente en sus datos interanuales, siguen estando muy por debajo de los resultados esperados como consecuencia de las sequías continuadas.

Y es que "la cuenca ha sufrido de nuevo un año seco, de forma generalizada, si bien con efectos desiguales en cada uno de los sistemas", ha comunicado la CHD sobre año en el que la climatología "ha sido muy variable": se han registrado mínimos históricos en cuanto a aportaciones a la mayoría de los embalses de la cuenca en los meses de abril y mayo, en especial, en los sistemas Pisuerga y Arlanzón, y en los primeros meses de campaña auguraban un escenario complejo para su desarrollo.

La superficie de la cuenca en situación de sequía prolongada fue creciendo hasta alcanzar un 90% en julio de 2023

Sin embargo, la climatología de los meses de junio y septiembre, con una drástica reducción de la demanda de agua de los regadíos, ha permitido llegar a 30 de septiembre con unos niveles de reservas en los embalses superiores a los previstos, facilitando así el desarrollo de la campaña de riego, aunque no pudiendo evitar la aplicación y permanencia de limitaciones extendidas durante toda la campaña en el sistema Pisuerga - Bajo Duero.

A salvo de las limitaciones en dicho sistema, la CHD concluye que la campaña de riego "se ha desarrollado en la cuenca de forma satisfactoria y sin graves trastornos", y en general, todos los sistemas de explotación cumplirán con los volúmenes de embalse "que se habían fijado como mínimos para el final del año hidrológico por la Comisión de Desembalse".

Las lluvias del final del verano no han podido suponer un aumento de las reservas en los embalses "pero sí ha supuesto una reducción drástica de las necesidades de aportación desde los mismos".

Esto permitirá abordar el inicio del nuevo año hidrológico "con más optimismo", aunque siempre pendientes de la evolución climatológica de los próximos meses, espera el organismo.

Mapas de sequía

Respecto a la situación de sequía meteorológica en la cuenca, el año hidrológico comenzó en una situación "muy comprometida", ya que a final de noviembre del año pasado un 70% de la superficie de la cuenca se encontraba en situación de sequía prolongada.

Las copiosas lluvias de diciembre y enero hicieron que de enero a mayo toda la cuenca se encontrara en normalidad. A partir de mayo la superficie de la cuenca en situación de sequía prolongada fue creciendo hasta alcanzar un 90% en julio de 2023, lo que ofrece una idea de la audiencia de precipitaciones y escorrentías en primavera.

El año hidrológico ha finalizado con un 40% de la cuenca en situación de alerta o emergencia

Con respecto a la escasez, el año hidrológico ha finalizado con un 40% de la cuenca en situación de alerta o emergencia, situación que se ha centrado en las cuencas de Carrión, Pisuerga y Bajo Duero, lo que justifica las mayores restricciones de uso del agua aplicadas.

El año hidrológico comenzó con sequía declarada en siete cuencas: Támega-Manzanas, Tera, Órbigo, Torío-Bernesga, Carrión, Pisuerga y bajo Duero que ocupan el 38% de la superficie de la cuenca. En marzo de 2023, debido a las copiosas lluvias de diciembre y enero, salieron cuatro UTEs de esa situación, permaneciendo en situación excepcional de sequía prolongada ToríoBernesga, Pisuerga y Bajo Duero que ocupan un 20% de la superficie de la cuenca.

Los indicadores complementarios de aguas subterráneas en aguas altas (registros de primavera) reflejan una situación de normalidad en cinco de las seis masas de agua analizadas (probablemente debido a las lluvias de diciembre y enero), siendo la masa de agua Toro-Tordesillas la que ha experimentado peor recuperación