Benegiles organiza un festival en favor de un asilo peruano

Los vecinos del municipio celebrarán un desfile infantil con el que contribuir a la obra de su párroco, Pedro Rosón

Don Pedro Rosón como misionero en Perú. | Cedida

Don Pedro Rosón como misionero en Perú. | Cedida / Sara Parra

Los vecinos de Benegiles se han unido para celebrar un festival infantil de carácter solidario cuya recaudación irá destinada al asilo de San José, situado en Casma, Perú, donde el párroco del municipio, Don Pedro Rosón, realizó su última labor misionera.

Esta iniciativa surge a través del cariño y admiración que Don Pedro ha suscitado en la comunidad del municipio. Durante la velada del 3 de agosto, a partir de las 21.00 horas, los asistentes podrán disfrutar de la actuación de Joyalada, que ha querido ser partícipe del evento, de un desfile infantil con trajes peruanos, bingo, bailes, mercadillo y barra solidaria.

La participación está abierta a los vecinos de la provincia que deseen acudir y puede colaborarse en el evento donando una cuña de queso o un bote de banderillas que se servirán durante la celebración a modo de tapa. Puede hacerse entrega de los víveres en el salón multiusos de 12.00 a 13.00 horas hasta el mismo día de la celebración.

El párroco de Benegiles ve en la actividad “una oportunidad de abrir la población a la sensibilidad del tercer mundo, crear lazos y sintonía”, una circunstancia que ya es palpable entre los chicos a los que da la catequesis, que le preguntan habitualmente por su experiencia en Perú, sus vivencias y la situación del país.

Los niños del desfile en un ensayo. | Cedida

Los niños del desfile en un ensayo. | Cedida / Sara Parra

Sostiene que “es importante enseñar esta cultura a los niños, darles una nueva visión y, al mismo tiempo, aprovechar ese crecimiento también en los adultos para que despertemos y entendamos ciertas cuestiones del mundo”.

La institución a la que se destinarán los fondos que se recauden se dedica a recoger a personas sin hogar de todas las edades. “Muchas de ellas ni siquiera tienen nombre, ropa, llegan al asilo sin nada y allí se les da dignidad”. En los últimos tiempos la situación ha empeorado notablemente con la subida de los precios, “se mandaban contenedores con ropa, alimentos, sillas de ruedas y otros productos de primera necesidad, que costaba alrededor de 4.000 euros, ahora ese precio ha subido a 23.000 y es imposible hacer frente a esa cuantía”.

Así, pese a que la pandemia obligó al padre a volver a España, mantiene el firme compromiso con este y otros proyectos en los que ha trabajado, como el internado creado en el departamento de Amazonas en el que los chicos de la cordillera de Los Andes pueden estudiar la secundaria y acceder a la universidad.

Una vida dedicada a los demás que hoy sus amigos y vecinos quieren agradecer, como viene siendo habitual en cada uno de los pueblos por los que Don Pedro pasa.